En una pieza, quedó el goleador chileno.
SANTIAGO/COQUIMBO.- En una pieza quedó Carlos Caszely al conocer, a través de su teléfono celular, la noticia de la cancelación del matrimonio civil entre el ex futbolista Iván Zamorano y la modelo María Eugenia Larraín. El histórico goleador colocolino se encontraba impartiendo una clínica deportiva a 50 niños en la playa La Herradura, de Coquimbo.
"Me estás bromeando, quién anda haciendo una broma. ¿En serio? Mira, me dejaste para adentro, lo encuentro rarísimo. Como el matrimonio es tan
high, sólo puedo decir que he quedado anonadado, para estar a tono".
Caszely no creyó la noticia de primera y aseguró que llamará inmediatamente al goleador de Maipú. "Ellos se veían muy felices. Además, el 80 por ciento de los matrimonios entre futbolistas y modelos son existosos".
Pero la mayor inquietud para quien fuera el ídolo de Zamorano en la niñez, estaba en los preparativos para la boda. "Qué voy hacer con la tetera que le mandé de regalo. Imagínate, habían hecho tanto
arrumaco, pero aquí no hay prensa, ni radio. La gente se hace mucha ilusión, es lógico, porque ambos son figuras de renombre".
Finalmente, prefirió ironizar al respecto: "Qué voy a hacer con todo esto. El terno me lo había mandado hacer a Inglaterra, la corbata era italiana y los zapatos, de Nueva York".
