SANTIAGO.- El ex crítico de televisión y asesor de programación de Canal 13, Paulo Ramírez, está convencido de que Zamorano es un gran negocio que no puede dejar de generar ganancias y que este capítulo es uno más dentro de una mega producción con fines de marketing. Asimismo, sospecha y mira con escepticismo el manejo que se la ha dado en los medios de comunicación a este tema.
Aunque asegura que la imagen del futbolista es muy fuerte, cree que los medios tienen una labor fundamental a la hora de generar liderazgos y opiniones, una labor que asegura, vino para quedarse.
Hoy la cancelación del matrimonio es portada en todos los diarios. ¿Qué lectura se puede hacer?
“Yo lo definiría como un nuevo capítulo de una larga mega producción, que en esta nueva etapa además se ve frustrado, por lo que toma mucha resonancia.
Todo esto parte con el retiro de Zamorano del fútbol, luego encuentra una novia, meses después anuncia matrimonio, hace público su retiro del fútbol con el Presidente de la República en La Moneda y después empieza todo un proceso con delirios de grandeza, que lo va convirtiendo en un personaje que se eleva a un olimpo inalcanzable”.
¿Cuál es la intención de hacer todo esto con tanta grandeza?
“Esto es un negocio. Cuando tú tienes a una persona que parte por sus propios méritos, pero también por la producción que lo acompaña, se empieza a convertir en un personaje de grandiosidad, de notoriedad. Lo que tienes ahí es un gran capital, por lo tanto una tremenda oportunidad de hacer buenos negocios. Lo que se ha creado es la marca Iván Zamorano, que si bien ya existía, se le han agregado nuevo elementos de grandiosidad. Eso hace que desde el punto de vista económico él sea muy valioso.
“Tiendo a sospechar y a mirar esto con escepticismo. Me encantaría saber dónde se origina la noticia, dónde surgen algunos de los rumores… y eso tiene una explicación: cuidar la imagen de marca, no destruir la reputación de Zamorano”.
Es decir, no sospecha que hayan existido razones reales para la separación, pero sí del manejo que se le ha dado
Sí es eso. Las razones pueden ser múltiples, pero es el manejo y la intencionalidad que hay detrás. ¿Imagina que la marca Iván Zamorano se destruye?, lo que hay ahí es una pérdida económica gigantesca y eso hay que cuidarlo. Para mi esto se llama “el fracaso de una mega producción” y ahora tiene que reaccionar para cuidar el valor de la marca.
En general hemos visto muchas señales de apoyo para Iván Zamorano y muy pocas para Kenita Larraín ¿los medios están perdiendo la imparcialidad que los debería caracterizar?
“En general hay que tratar de analizar la evidencia. Lo que se está produciendo es la demostración de la potencia que tiene el asentamiento de las imágenes en la opinión pública. ¿Quién podría estar en contra de un tipo que es carismático, luchador, trabajador, que se preocupa de los niños, que ha sido capaz de levantarse pese a las dificultades? Iván tiene construida una gran imagen. Entonces, no es raro que ahora ella aparezca como la culpable”.
La prensa no escatimó en dar detalles de regalos, parejas anteriores, vestidos, peleas, viajes, ¿nos cree que los medios han sobrepasado los límites?
“Hace rato que los concepto tradicionales de “lo noticioso” se han ido distorsionando. Esto es parte de un proceso que viene hace mucho tiempo y es parte del negocio. Le interesa a mucha gente: las ventas de diarios aumentaron, los sitios de Internet tuvieron muchas más visitas que en un día normal, incluso se le dedicaron programas completos de televisión. En Canal 13 un programa que marca entre 12 y 15 punto llegó esta vez a 21,7 como promedio. De verdad que no lo cuestioné, en la medida que sea una cobertura consciente del origen del fenómeno. Hay que tener conciencia que esto forma parte de un negocio y que esto es una súper producción y eso es lo que produce este tremendo impacto”.
En toda la prensa pudimos observar trascendidos, rumores y especulaciones ¿es ésta la nueva cara de los medios?
“Una demostración simple. Joaquín Lavín estuvo visitando el Palacio Cousiño, presenciando el desmantelamiento de los preparativos de la fiesta. Que mejor demostración que esto es una construcción de marketing que ese hecho. Un alcalde, candidato permanente a la presidencia, aprovechando un minuto de alta visibilidad pública. De esto no nos salvamos con facilidad.