EMOLTV

Smile: La obra maestra perdida de los Beach Boys 25/2/2004

25 de Febrero de 2004 | 00:00 |
Smile: La obra maestra perdida de los Beach Boys

El disco -grabado en 1967, pero nunca editado- acaba de ser mostrado por primera vez en vivo. Un concierto en Londres dirigido por Brian Wilson develó el misterio del que muchos consideran el mejor disco rock de la historia.

Por Marisol García C.
(25/2/2004)

Beach Boys
El contexto creativo daba para grandes obras. Y también para grandes frustraciones. El impacto que sintieron los Beatles al escuchar por primera vez Pet Sounds (1966) de los Beach Boys, los motivó a grabar algo aún más grandioso y sicodélico. Fue así que nació su Sgt. Pepper and the Lonely Hearts Club Band (1967), un disco que, a su vez, conmovió profundamente a Brian Wilson, el líder de los Beach Boys. Era una competencia de un lado a otro del Atlántico no siempre bienvenida por los rankings de venta , que sólo los fans más curiosos apreciaban, pero que ha resultado vital para la estructuración del pop en adelante.

En 1966 Wilson había comenzado el trabajo en lo que calificaba como su obra maestra (“será una sinfonía adolescente a Dios”), junto a una orquesta, el letrista Van Dyke Parks, y una serie de añadidos del todo excéntricos, que hicieron creer a sus compañeros que el músico definitivamente había perdido su sentido en las drogas.
Pero Smile no pasó a la historia por incluir un relincho de un caballo que fue, efectivamente, ingresado al estudio. Ni porque Brian Wilson tocase el piano sobre un cajón de arena (“para sentirme en la playa”, dijo), Paul McCartney mascara sonoramente una zanahoria (para el tema “Vegetables”) ni porque los músicos fuesen obligados a usar cascos de bombero durante la grabación del tema “Fire”. Smile se convirtió en una leyenda porque nunca llegó a publicarse. La mejor obra de Wilson quedaba, así, escondida en el mito, amparada en un sinfín de rumores sobre su contenido y su destino.

De entre ellos, los más sensatos apuntan a que el disco no llegó a publicarse por una mezcla de conflictos internos en la banda (pues a ninguno de los Beach Boys le convenció el trabajo), la frustración objetiva que embargó a Wilson tras escuchar el Sgt. Pepper... de los Beatles, y el espiral de locura en que entró el músico al abusar de drogas pese a su extrema fragilidad emocional.

Parte de ese material fue surgiendo en compilados, principalmente Smiley smile (1967) y el box-set Good vibrations (1993), además de una serie de ediciones pirata y bootlegs que desmienten la leyenda sobre Wilson quemando, desesperado, las cintas originales. Sin embargo, nada aclara mejor el contenido de Smile como la serie de cinco conciertos que Wilson acaba de montar en Londres. La semana pasada, el músico presentó por primera vez en vivo el material completo del álbum, en un concierto de 45 minutos organizado ante un Festival Hall repleto y extasiado. Wilson sobre el piano y a cargo de la voz, junto a 18 músicos que se repartieron banjos, calíopes, silbatos, trombones y un ukelele polinésico. Era el sentido original de construir una gran sinfonía del espíritu, dispuesto de una manera libre y experimental, animando canciones que ya se habían colado parcialmente al público (“Heroes and villains”, “Surf´s up” y, claro, “Good vibrations”, publicada antes como single).

Desde Chile, es poco lo que podemos hacer por acceder a un concierto de esta naturaleza, artística e históricamente tan significativo. Pero un fan del pop –y es importante sacarse el prejuicio de que los Beach Boys fueron sólo “California girls” o “Surfin’ USA”- tiene una obligación ineludible por conocer este material, tal como antes se interiorizó en el mejor trabajo de los Beatles, los Byrds o los Kinks. Es música de alto vuelo, que se inicia en una melodía perfecta –breve, dirigida, pegajosa- y se va inflando con añadidos sorprendentemente imaginativos, derivados de la experimentación técnica o la invitación a timbres instrumentales muy diversos. Es música sin la cual no podría haber surgido nunca gente como Beck, R.E.M. o incluso Los Tres. No hay músico popular que no le deba algo a la vocación esencialmente libertaria de la mejor época de los Beach Boys, y las novedades en torno a Smile, teñidas o no de romanticismo, son ciertamente más significativas que lo que pueda suceder en diez años de análisis del ranking Billboard.

Más información: http://www.thesmileshop.net/start.html

EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?