Bocados de un nuevo plato
Marcelo Contreras 5/3/2004
Si el infierno existe, la discoteque Blondie lo encarnó la madrugada del sábado. La majestad satánica programada era Lucybell, que decidió invocar a su amplio culto para adelantar un puñado de canciones de su esperado nuevo álbum Lúmina, que aparecerá a mediados de marzo. El llamado despertó al menos a 1.500 personas. Una masa apretujada y sudorosa convertida en motor de sofocante aliento, que desbordó por completo a la Blondie para escurrirse escaleras arriba, hasta superar las vallas de ingreso y desvanecerse en la misma Alameda como un vaho capaz de empapar todo a su paso. En todo momento, durante la hora y media de concierto, el público fue una cofradía ardiente que en las entrañas de la discoteque decidió renovar una vez más su pacto de fidelidad hacia una banda que si se debatió entre la mirada lánguida del pop británico y la energía rock, definitivamente abrazó el camino de los decibeles y la textura espesa, sin perder sintonía con la tristeza congénita de su propuesta.
Entre lo nuevo, la apuesta presumía que las anunciadas composiciones del baterista Francisco González, no superarían el carácter anecdótico. Con un registro estrecho y carente de personalidad, apenas logró entusiasmar con la intencionalidad ganchera de “Ojos del silencio”. Mejor fue la respuesta al nuevo single que comienza a rotar mañana, “Hoy soñé”, como también a la potente “Golpes”. La misión tácita de Lúmina es convertir a Lucybell en un número realmente masivo fuera de Chile. La expectativa, ese delicioso momento, les espera.
Lucybell
Discoteque Blondie
Sábado 28 de febrero.
