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“Que vean lo que quieran ver” 10/3/2004

10 de Marzo de 2004 | 00:00 |
"Que vean lo que quieran ver"

Convertidos en la nueva sensación del rock romántico con el estupendo single “Irresponsables”, Babasónicos probablemente ha cruzado con el disco Infame la línea definitiva de la popularidad a gran escala. Al teléfono desde Buenos Aires, la banda habla de cómo el disco más tranquilo y fluido de su carrera surgió de pura mescolanza, y un poco de piel a piel.

Marisol García C. 10/3/2004

Babasónicos
De personajes convencionalmente excéntricos ya está llena la cultura popular, y una de las cosas que le ha permitido el disco Infame a Babasónicos es, precisamente, descansar del agotador papel de “raritos del pop” que venían interpretando desde su debut. La banda otrora distinguible por su inusual combinación de tecno y canción italiana, abrigos de piel sobre el escenario y la alabanza pública de causas tan diversas como el cine porno y el festival OTI, es hoy una amable promotora de canciones de amor que podrían gustarle hasta a sus abuelos. Infame no es sólo el álbum más melódico y suave de la carrera de este sexteto argentino, sino también el de recursos más selectivos y enfocados. Tras trece años de trabajo, no pocos comentaristas han atribuido su giro a la madurez. Babasónicos prefiere hablar de sintonía.

—Puede ser que estemos un poco más viejos, pero sobre todo sucede que nos conocemos más —explica al teléfono desde Buenos Aires Gabo Manelli, bajista y parcial compositor del grupo con el carismático Adrián Dargelos en voz—. Dentro del caos que siempre hemos generado, puede parecer que este disco es más depurado, pero también hemos dejado la puerta abierta para que pueda pasar cualquier cosa.

Infame es esa “cualquier cosa”: un disco muy cercano al sentimiento de la canción romántica latinoamericana —se ha repetido suficientemente su parecido a la música de Sandro— pero producido de un modo totalmente iconoclasta por el mismo asesor de Café Tacuba (Andrew Weiss), hombre capaz de combinar con extremo gusto referentes del género disco, la sicodelia, el bolero y el rock. Sucesor de Jessico (2001), el nuevo álbum augura una extensa difusión, ya probada por el éxito del single “Irresponsables”. La banda se ocupa aún en su gira nacional, y podría cruzar a Chile durante mayo.

Jessico es un disco muy simple y muy directo. La opción era hacer totalmente lo opuesto, lo más barroco, pero tomamos el desafío de hacer un disco simple que estuviese diferenciado por algunos aspectos de la producción. A primera vista puede parecer una continuidad del anterior, pero sabemos que éste es un disco con otra estructura, definitivamente.

—Simple pero no simplón, digamos.

—Claro, fue algo que comentamos durante el proceso del disco. Nos dio un poco de miedo en algún momento lo popular que se estaba volviendo, pero era lo que nos salía y sabíamos que se podía combinar con una producción bien cuidada. Además que, aunque es un disco popular, tampoco suena tan alegre. Suena húmedo, o como quieras describirlo.

—Del disco se han escrito críticas súper sesudas. ¿Puede ser que, de tan simple, ni siquiera se haya comprendido?

—Tal vez. Tampoco considero que hagamos discos para que sean entendidos totalmente. Es un disco que tiene la posibilidad de que uno vea lo que quiera ver.

—Donde sí hay coincidencia es en lo romántico que les salió. ¿Alguna reflexión especial sobre la validez de la canción de amor en estos tiempos tan tensos?

—Más que la fe en el amor, yo creo que el disco sale de comprobar la necesidad del cuerpo a cuerpo. Es apelar a eso que tenemos todos por igual: ricos pobre, bellos, feos... todos tenemos la necesidad de sentir la piel del otro, y en ese momento uno se olvida de todas las posiciones ideológicas. A eso invitan las letras de Adrián: sensualidad, amor, y disfrutémoslo porque es lo único gratis que va quedando.

Versos de evidente deuda con el bolero, confirman que seguir definiendo a Babasónicos como una banda de rock pierde por completo el foco de su propuesta. En estas canciones está Sandro, pero también Serge Gainsbourg, los Beatles, los Bee Gees y Daft Punk. Una canción tiene por título “Fan de Scorpions”. Otra (“Pistero”), traduce uno de los más celebres versos de The Smiths: “Cuelguen al DJ / quemen la radio”. Los gustos de sus madres, abuelas, tíos y vecinos han definido la formación musical de los integrantes de Babasónicos, tanto como su vocación rockera.

—¿Nunca sentiste que la tradición popular fuese contradictoria con tu gusto por el rock?

Sabés que no. Siempre fui, desde muy chico, abierto a todas las formas e influencias. Mi papá escuchaba Tom Jones. Mi abuelo escuchaba Sinatra. Mi madre, Julio Iglesias. Y me gustaba todo eso, aunque yo escuchara Kiss, Queen o los Beatles. Y en mis compañeros de Babasónicos encontré unos locos que estaban en lo mismo.

—El rock puede ser bien fundamentalista, también. En ustedes, es valiosa esa apertura.

-Cualquier tipo de fanatismo es nefasto, y está en nosotros el esfuerzo por tratar de evitar las posturas. Por nuestra propia forma de ser no podemos estar cien por ciento a favor de algo. Creemos en el derecho, pero también en el revés de las cosas. Nos gusta el rock al máximo, pero tenemos esas contrapartidas dentro de la música que la hace más divertida y más moderna. Nuestro disco netamente rockero fue Babasónica [1997], pero pasó. Como nos gustan tantos estilos de música, siempre queremos agregar uno nuevo.

—¿Les agotó ya la excentricidad de su puesta en escena?

—Para nada. Por suerte somos unos caprichosos. Nos gusta sorprender, y eso cruza nuestro trabajo, pero no porque sintamos una obligación. Tratamos no tocar siempre el mismo show ni el mismo repertorio. Si alguna vez experimentamos con otros formatos, luego tocamos en lugares donde sólo podemos montar algo rockero, y eso también nos gusta. En general, en un lugar grande tenés que generar espectáculo para llamar la atención de tanta gente.

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