SANTIAGO.- “Chayanne, hola. De la radio Latina: mándale un saludo a nuestros auditores ¿ya?”. “Aquí, Chayanne, bienvenido a Chile. ¿Podrías enviarle un abrazo al canal Romántico?”. “Ay, espera, es que estoy un poco nerviosa. En la revista somos todas fanáticas tuyas. ¿Le enviarías un besito a mi editora?”.
El encuentro de Chayanne con la prensa chilena inauguró esta mañana un nuevo género: el de las periodistas-fans. Decenas de ellas repletaron el salón del hotel Sheraton desde donde el puertorriqueño adelantó detalles de sus próximas presentaciones en Chile, el miércoles en el capitalino Estadio Nacional, y el viernes en la Quinta Vergara de Viña del Mar. Cámaras, micrófonos y el desfile de preguntas íntimas del tipo “¿eres feliz?” probaron que el arrastre del cantante en nuestro país sigue encendido, pese a dos visitas previas en menos de seis meses.
—Yo no doy nada por contado. Llenar el Nacional no es fácil. Por eso yo estoy muy agradecido y siento emoción por lo que estoy viviendo ahora—, dijo el hombre de “Torero” en el poco tiempo que tuvo para hilar frases coherentes entre saludos a canales de televisión, fotos con admiradoras y la recepción de su doble disco de platino por las cuarenta mil copias despachadas a tiendas de Sincero, su más reciente álbum.
Un disco que mantiene la línea de baladas y canciones pop de raíz latina que ha marcado su carrera, Sincero se permite también ciertos experimentos, como el hip-hop de “No hay más”. Con singles como “Un siglo sin ti” (de Franco de Vita) y “Sentada aquí en mi alma” el álbum ha mantenido la buena difusión habitual de su trabajo, buscando incluso un público nuevo: la gira actual lo llevará a un total de 26 países, incluyendo presentaciones en España, Portugal, Italia, Rumania y Turquía durante septiembre.
—Son cambios para hacer un mejor disco— explicó Chayanne, quien confirmó el creciente interés de Hollywood por tenerlo actuando, bailando y cantando en alguna próxima película: “He tenido la suerte de tener muchas ofertas, pero por ahora no hay tiempo”.
Una ropa sencilla —jeans, polera gris— no alcanzaba a disimular los músculos de un cantante con menos éxito que Ricky Martin y dinero que Luis Miguel, pero pectorales y piernas formados para dar vida a los mejores pasos de baile de su gremio. La simpatía del boricua es la de un hombre sencillo, quien esconde lo que parece un único signo de vanidad en la forma perfecta de sus patillas, cortadas en diagonal según el consejo de algún estilista de moda. Se desconocen las próximas actividades del intérprete en Chile, aunque no hay duda que se dará tiempo para probar nuestra gastronomía. “Ya saben”, dijo esta mañana, “yo como como niño pequeño”.
Las entradas para los conciertos de Santiago y Viña siguen a la venta en los supermercados Líder, con precios que oscilan entre 9 mil y 60 mil pesos, con descuentos especiales para los clientes de esa cadena.
