NUEVA YORK.- Jeans ajustados y enaguas almidonadas, gomina y colas de caballo fueron los símbolos de una revuelta cultural, que en los años 50 partió desde Estados Unidos. Los guardianes de las buenas costumbres calificaron al rock and roll de “inmoralidad convertida en música” y “peligroso seductor erótico de los jóvenes”, pero no pudieron detener el movimiento.
Había llegado el momento de poner en duda la autoridad hasta entonces ilimitada de los adultos sobre los jóvenes, y el rock and roll impulsó esa protesta, tanto en Estados Unidos como en todo el resto de Occidente, e incluso detrás de la “cortina de hierro”.
Todo comenzó mucho antes de que en 1954 sonara “Rock Around The Clock” en las radios. La cuna del rock and roll estuvo en las plantaciones del sur y en los guetos de las grandes ciudades. El rock es impensable sin la música de los afroamericanos. Pero estos sonidos y ritmos, que muchos blancos despreciaban como “música de negros”, se convirtieron en catalizador de los cambios en la juventud sólo tras un proceso de “blanqueo”.
Así, son tres blancos los que son considerados los “padres” del rock and roll. Alan Freed como el que le dio el nombre, Bill Haley como el creador del tema más emblemático y lógicamente Elvis Presley como su ícono más grande. Se dice que Freed fue el primer blanco que puso rhythm & blues en la radio. Ya en 1952 relacionó esa música con el concepto de rock’n’roll, que los negros utilizaban como eufemismo para el sexo.
Haley grabó el 12 de abril de 1954 “Rock Around The Clock”. “Aquello fue lo más ruidoso y fuerte que los chicos habían oído hasta entonces”, recordaba Frank Zappa.
Pero los “50 años de rock and roll” se relacionan sobre todo con Elvis Presley. Durante días, el joven camionero intentó grabar canciones country en el Sun Studio de Memphis. El jefe del estudio, Sam Phillips, al que le encantaba el blues de B.B. King, se lamentaba: “Si pudiera encontrar un blanco que tenga el sonido y el sentimiento de los negros, sería millonario”.
Frustrado, Elvis rasgueaba y cantaba en una pausa de la grabación el 5 de julio de 1954 “That’s All Right, Mama”, un viejo blues. “Fue como si me clavaran un tenedor”, dijo Phillips más adelante sobre ese descubrimiento.
El disco que surgió de aquel momento fue un éxito en las estaciones de radio de Memphis, pero muchos oyentes creyeron que Elvis era negro. Sólo después de que se difundiera su origen, numerosos blancos pasaron también la canción.
“The King” volvió a elaborar más adelante material de artistas negros. Sus sensuales movimientos de cadera se adaptaban a la música y gustaban a los jóvenes de clase media en su búsqueda de más libertad.
El terreno estaba listo para que grandiosos rockeros negros como Chuck Berry y Little Richard se pudieran convertir en las figuras de integración de la nueva cultura juvenil por encima de barreras de raza y de clase.
Más adelante, bandas británicas contribuyeron esencialmente a que la música rock se siguiera desarrollando. En la lista de los “50 inmortales” que la revista estadounidense “Rolling Stone” publicó ahora con motivo del aniversario, los Beatles ocupan el primer lugar.
El segundo puesto, el jurado -compuesto por más de 50 celebridades de la escena rockera estadounidense- se lo dio a Bob Dylan. Elvis quedó tercero, seguido de los Rolling Stones, Chuck Berry, Jimi Hendrix, James Brown, Little Richard, Aretha Franklin y Ray Charles.
También la leyenda del reggae Bob Marley y los Beach Boys con su “California surf sound” figuran entre los íconos del rock, al igual que el grupo de heavy metal Led Zeppelin, Bruce Springsteen, The Doors, The Who y el rockero folk Neil Young, el bluesero Muddy Waters y estrellas del pop como Michael Jackson, Madonna y Simon and Garfunkel.
La lista, por muy controvertida que sea, muestra un espectro enorme, en el que se fue abriendo el rock and roll en el transcurso del tiempo. Casi todo lo que no sea música clásica, melódica o folklórica figura hoy en el Salón de la Fama del Rock and Roll.
La música rock en el más amplio sentido es el “mainstream” de la cultura musical en muchos países, y hace tiempo que está totalmente comercializada.
Quizá esto se deba a que tras la revuelta de los jóvenes en los 50 y los movimientos políticos de protesta en los 60, que alcanzaron su clímax en el Festival de Woodstock, nunca más el rock fue una fuerza tan importante en los cambios sociales.