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“En los 90 hubo un espíritu de cambio ahora erradicado” 2/5/2004

02 de Mayo de 2004 | 00:00 |
“En los 90 hubo un espíritu de cambio ahora erradicado”

El grupo de Bristol que desembarca por primera vez en Chile para un único recital en el marco del festival Santiago Urbano Electrónico, es como una pitonisa que predijo la música en los años 90. Massive Attack ayudó a parir al trip-hop entre augurios de cadencia, melancolía y trance. Aquí, en exclusiva, habla el líder del grupo.


Massive Attack: Grant Daddy G Marshall y Robert 3D Del Naja.
Por Marcelo Contreras 2/5/2004


Robert “3D” Del Naja lleva más de una década al mando de este ataque, que habla a través de la electrónica mediante latidos rock. Los puristas podrán reclamar que con él sólo sobrevive un tercio de la alineación clásica. No es tan así. Ahora regresó Grant Daddy G Marshall, pero es Del Naja quien por más tiempo ha sobrevivido en la banda. Un tipo que fue de los primeros en pifiar públicamente el apoyo británico a la guerra a Irak. “Es que desde el atentado a las torres, se armó una onda muy extraña en contra de Afganistán e Irak. Eso te afecta y cambia tu ánimo. Siempre que ocurre algo así la gente dice que la música se transforma en algo más estúpido. Y eso es lo que ha ocurrido en Gran Bretaña, especialmente con la cultura. La gente empieza a preocuparse más de la entretención que entender el rol como país que tomamos en la guerra”.

—¿Te pasó alguna cuenta tu postura?
—No, en realidad no. Mucha gente que conozco fue mucho más activa. Cuando nosotros empezamos a levantar nuestra pequeña y humilde campaña para tratar de movilizar un movimiento pro paz en Inglaterra, fue algo muy pequeño. Era algo en lo que creíamos. Nos sentíamos frustrados y enojados. Pero también es probable que estemos en alguna lista policíaca en alguna parte.

—Tus fans, ¿compartieron tu actitud?
—Inicialmente en nuestra página web hubo un debate bastante fuerte acerca de la guerra y de la situación entre Israel y Palestina. En un comienzo algunos de nuestros fans norteamericanos se enojaron bastante por lo que yo había dicho. Pero luego hubo apoyo. Cuando salimos de tour empezamos a llevar el mensaje a todas partes y de país en país, en todos los idiomas locales. Dijimos en todas partes lo que pensábamos. No he conocido a nadie en Inglaterra que crea en esta guerra. Cuando hemos viajado por el mundo, tampoco. Parece que sólo los políticos que salen en televisión creen en ella.

—¿Estás mostrando nuevas canciones en este tour? ¿Piensas en un nuevo álbum?
—Terminamos recién una banda sonora de una cinta llamada Danny the dog, que no ha sido nada de fácil. Se va a lanzar en septiembre. Fue un trabajo interesante. Lo hicimos en cuatro meses, que nos parecieron cuatro años. Por ahora no estamos escribiendo un nuevo álbum. Realmente me gustaría hacerlo el próximo año, no ahora.

—A los artistas les carga ser categorizados, pero ustedes han pasado a la historia como los padres del trip-hop. ¿Cómo se sienten con ese título?
—Todos los artistas se sienten felices de crear su propio movimiento. En Bristol era todo tan pequeño, una comunidad tan chica y todos nos conocíamos. Queríamos crear nuestra propia movida. A nadie le gustaba ser categorizado junto con el del lado. Queríamos ser vistos como individuos, así que le hacíamos el quite a cualquier tipo de etiqueta. Ahora nos hemos calmado un poquito. Las cosas han cambiado y cada uno está haciendo lo suyo y no hay mucho problema al respecto.

—¿Es esta la gira más ambiciosa que han hecho?
—Tengo que decir que con Mezzanine [1998] hicimos 120 shows, y envejecí cinco años en seis meses. Ese fue el tour más grande. El año pasado hicimos 77 shows, y ahora se suman 30 más. Giramos de marzo a septiembre, y de octubre a febrero estuvimos trabajando en esta banda de sonido. Así que no es el más grande.

—¿Cómo será el show que van a presentar en Santiago?
—Básicamente es una mezcla entre electrónica y música en vivo, no muy distinto de lo que hacemos en estudio. Tampoco es absolutamente igual, porque en el estudio grabamos muchos sonidos naturales. Lo que pasa es que lo presentamos de una manera distinta, así que tomamos muchas cosas que fueron procesadas, y que ahora las re-presentamos en directo. Esto lo hacemos con batería, bajo y teclados. Tratamos de no usar secuencias, algo que dejamos de hacer el año pasado. Tratamos de mantenerlo más libre posible. Obviamente depende de uno si quiere mantenerlo todo auténticamente a como está en el disco, pero a veces uno quiere transformarlo un poco a una banda en vivo.

—¿Escénicamente va a ser el mismo show que habitualmente presentan?
—No, lamentablemente no. No podemos costearlo. El año pasado teníamos una pantalla gigante y mucha tecnología. Era hermoso presentar tanta información de esa manera, pero esta vez no podremos llevarlo.

—Sus videos, tan particulares ¿De dónde vienen esas ideas? ¿De ustedes o de los directores?
—Por lo general son ideas que llegan de los directores. Hemos trabajado con directores brillantes. Cuando estás haciendo la música se te vienen miles de imágenes a la cabeza y piensas en un montón de grandes ideas. Cuando hago música, me dan ganas de hacer películas. Pero la mirada de uno es muy sesgada. Cuando alguien viene de afuera, puede traer una perspectiva muy fresca. Eso es muy excitante.

—¿Qué opinas de este rock de moda tan inspirado en el pasado?
—Lo encuentro un poco aburrido. Al ver la historia de la música popular en Inglaterra, los [años] sesenta y setenta fueron una época muy fértil. Así que estamos volviendo a ella todo el tiempo. Es un poco unidimensional y poco excitante. Creo que en los noventa hubo un verdadero espíritu de cambio y de evolución, lo que fue muy bueno, pero ahora se ha erradicado. Eso se debe a que la industria se ha vuelto un poco más obvia, y todo gira en torno al marketing y los productos para la gente. Entonces puedes comprar algo para vestir o algo de música tal como te puedes comprar un auto o una caja de cereales. Eso es lo que hay ahora. Creo que la próxima movida musical será con individuos en sus propios espacios trabajando en sus piezas en computadores haciendo música muy distinta.

—¿Qué te parecen bandas como N.E.R.D. y Outkast?
—Me gusta bastante Outkast, tiene excelentes ideas. Me gusta la manera como trabajaron en dos álbumes. De hecho cuando lo vimos con “G”
(Marshall, otro de los fundadores) nos dijimos hagamos dos discos
simultáneamente, porque nuestras ideas son distintas. Es una buena idea para nuestro nuevo álbum. También me gustan Mercury Rev, The Beta Band y Queens of the Stone Age. Hay muy buenos cantantes dando vueltas, gente que hemos conocido en el último año. No daré nombres porque no quiero arruinar el concepto.

—¿Cuál es tu disco favorito de Massive Attack?
—Es difícil. Cuando terminamos 100th window [2003] estaba convencido de que era lo mejor que habíamos hecho, con una manera muy distinta de trabajar sin samples ni loops de batería. Escribimos desde una nueva perspectiva. Ese es el disco que ahora recuerdo, pero también hay cosas que odio de ese disco. Me gustan pequeños pedacitos de cada uno de los álbumes, pero no completos.

—¿Cómo manejas la presión de que un disco de Massive Attack siempre sea tan esperado por los fans y la crítica?
—Hemos descubierto una gran idea. Cuando trabajamos en esta banda de sonido nos dimos cuenta que si teníamos nuestras cabezas en dos cosas distintas, todo el proceso se hacía menos doloroso, porque la energía iba de un proyecto a otro. Todavía se podían sacar ideas de uno y llevarlos al otro. No había una presión única. Uno se vuelve más productivo.

—¿Se reunirá alguna vez la alineación original de Masssive Attack?
—No creo, no lo sé.

—¿Cuál es tu versión de las acusaciones por posesión de pornografía que te hicieron el año pasado?
—Fue un asunto que sólo duró tres semanas. No hubo nunca un cargo en mi contra. Fue solamente un caso de apropiación ilegal de tarjeta de crédito, una situación ridícula. Era imposible que fuera real, casi un chiste. Me molestó, pero terminó bastante rápido. Molestó a mi familia, a mi novia y mis amigos. Todos muy enojados, pero ya terminó.

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