LOS ANGELES.- La Orquesta Filarmónica de Los Angeles recuperó hoy su violonchelo Stradivarius, uno de los 60 que existen en el mundo y que desapareció el mes pasado de la puerta de la casa de uno de sus violonchelistas.
La orquesta ofreció su bienvenida al valioso instrumento que parecía perdido para siempre sin que por el momento hayan quedado claras las circunstancias de su desaparición o incluso de su vuelta a casa.
De hecho, el violonchelo estuvo cerca de convertirse en un armario para guardar discos compactos, ya que quienes dijeron haberlo encontrado en la basura, desconocían su valor.
La saga del instrumento perdido, cuyo valor puede superar los tres millones y medio de dólares, comenzó cuando el músico encargado de tocarlo lo dejó a la puerta de su casa al llegar de su último concierto.
En la búsqueda de un culpable, la policía localizó una cámara de seguridad donde se podía ver a un adolescente que, tras interesarse por el instrumento en medio de la calle, se lo llevaba en bicicleta.
Estas imágenes dieron un nuevo ímpetu a la búsqueda, ante la sospecha de que más que un robo premeditado para vender el instrumento en el mercado negro, se trataba de alguien que había aprovechado un descuido.
La mujer que hoy entregó el “General Kyd” –apodo del violonchelo- a la orquesta, cuya identidad se mantiene en secreto, asegura que encontró el instrumento tres días más tarde en la basura de su barrio, no muy lejos de donde había sido robado.
Sin saber su valor, se lo dio a su novio para que lo arreglara y, si no era posible, lo convirtiera en un mueble para guardar discos.
Como se han permitido bromear ahora, esta pieza única para la Orquesta Filarmónica de Los Angeles evitó su destino porque la pareja nunca es muy rápida con sus proyectos.
La orquesta ha confirmado que este instrumento, construido hace 300 años, ha sufrido algún daño, pero nada que no pueda ser reparado para la próxima temporada musical de la Filarmónica.
Por el momento, la recompensa de 50.000 dólares no ha sido entregada hasta que la policía confirme el relato de los que han encontrado el instrumento que Antonio Stradivari construyó con sus propias manos en 1684.
