Temporada de Conciertos UMCE
Gilberto Ponce 27/5/2004
En la Sala América de la Biblioteca Nacional se está realizando una temporada de conciertos de música de cámara organizada por la Dirección de Extensión y Comunicaciones de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación. En ella participan docentes de la mencionada casa de estudios e invitados.
El miércoles 26 de mayo se presentaron Erika Vöhringer en piano, Roberto González en cello y Fedora González en violín, quienes dieron vida a un heterogéneo e interesante programa, que abarcó desde Bach a Piazzolla.
Erika Vöhringer se llevó la parte más contundente del programa, pues actuó como solista y también acompañando en dúos y tríos. La pianista, que posee una sólida trayectoria, producto de su excelente formación, la puso de manifiesto en casi todas sus intervenciones, aunque un excesivo academicismo la llevó a tocar con una cierta distancia algunas de las obras que interpretó. Por ejemplo, los intermezzos de Brahms, que aunque sólidos en lo técnico, les faltó el vuelo romántico que supo imponer en el “Arabeske” de Schumann, así como en el Andante del trío en Si bemol de Mendelssohn, donde lamentablemente, no encontró respuesta a su expresiva interpretación por parte de las cuerdas. Destacamos el encomiable fervor que puso en “Primavera Porteña” de Astor Piazzolla, obra que suponemos bastante alejada de su personalidad, bastante germana.
Roberto González es uno de los cellistas emblemáticos de nuestro país, profesor de generaciones y solista destacado, sin embargo, creemos que esta oportunidad no estuvo a la altura de sus pergaminos, con fraseos poco claros y, cosa extraña, con afinación algo imprecisa en varios pasajes de algunas obras. No obstante debemos destacar su impecable versión de “Chant du Menestrel” de Glazunov, en un exquisito dúo con la pianista.
Fedora González es una talentosa y joven violinista que -cuando supere algunos problemas de fraseo y afinación, pequeños, pero importantes-, sin duda pasará a ser una destacada instrumentista, pues sus condiciones se apreciaron en los dos dúos con piano. El sensible y hermoso “Salut d’amour” de E. Elgar y en el Minueto de Kreisler, un tanto “a la marcha”, pero eficaz.
La segunda parte estuvo dedicada a tríos instrumentales, que se iniciaron con el trío en Sol, llamado “A la Húngara”, de J. Haydn, bastante bien ejecutado, aunque con ciertos desequilibrios sonoros que no empañaron el resultado final. Demasiado clásico resultó el andante de Dvorak, perteneciente al trío “Dumky”, que pensamos, debiera tener un carácter más popular o folclórico.
El concierto finalizó con buena versión de “Primavera Porteña”, donde los intérpretes, demostraron todas sus capacidades, tanto individuales como en su condición de trío, que aún tiene mucho que ofrecer.
Un público entre los que se contaban muchos jóvenes, recibió con agrado las entregas de los destacados músicos.
