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Homenaje al compositor checo Antonín Dvorák en la UC

El Trío Arte e invitados interpretarán las obras Trío en Si menor Dumky B166 (op. 90) y Quinteto en La Mayor B 155 (op. 81), en el marco del Ciclo de Música de Cámara que se está desarrollando en el Centro de Extensión de la UC.

10 de Junio de 2004 | 11:49 | ORBE
SANTIAGO.- Un homenaje al destacado compositor checo Antonín Dvorák (1841-1904), al conmemorarse este año el centenario de su muerte, realizará el Instituto de Música de la Pontificia Universidad Católica de Chile, el próximo jueves 17 de junio, a las 19.30 horas, con la participación del conjunto de cámara Trío Arte e invitados.

El grupo interpretará las obras Trío en Si menor Dumky B166 (op. 90) y Quinteto en La Mayor B155 (op. 81), en el marco del Ciclo de Música de Cámara que se está desarrollando en el Centro de Extensión de la UC.

Los maestros María Iris Radrigán, piano, y Edgar Fischer, violonchelo, destacados exponentes nacionales del repertorio clásico y romántico, serán acompañados en la ocasión por Lorena González y Marcelo González, en violín; y Claudio Gutiérrez, en viola.

Dvorák es considerado uno de los más grandes compositores de la historia de la música checa. Estudió violín en su ciudad natal, Nelahozeves y, posteriormente continuó en Praga bajo la supervisión musical del maestro Antonín Liehmann.

En 1874, recibe el Premio Nacional Austriaco por su Sinfonía N° 3. A este éxito se suman “Rapsodias Eslavónicas”, la primera serie de las Danzas Eslavas y otras obras que publica.

La admiración de Dvorák por Mozart, Haydn, Beethoven y Schubert, le hacen concebir una estética musical nacionalista con forma clásica, conservando también sus principios en lo referente a la armonización y lo modal tonal, pese a ello no deja de transparentar una fuerte influencia de los grandes románticos alemanes: Wagner y Brahms, de los que hereda ese gusto sublime por la orquestación y su colorido.

Al conmemorarse cien años de su muerte, Antonín Dvorák sigue viviendo a través de sus sinfonías 6, 7, 8 y 9 (“Del Nuevo Mundo”), la Suite checa, las tres Rapsodias eslavas, las dos series de Danzas eslavas y el Stabat Mater, entre otras partituras que cimentaron su fama dentro y fuera de las fronteras de su patria y de su tiempo.