Un salón de emociones
Marcelo Contreras 12/6/2004
Un puñado de canciones afortunadas. Un culto que crece. Eso es Babasónicos en Chile, la banda argentina que anoche debutó en Santiago en función agotada en el Teatro Providencia para presentar oficialmente “Infame” (2003), un disco que no sólo devolvió la fe en el autocomplaciente rock argentino, sino en toda la dimensión del movimiento en Latinoamérica.
Confiados en el arsenal que les prodiga su último álbum y con selecciones de “Jessico” (2001), Babasónicos desplegó un show -al menos en la primera mitad del concierto- algo humilde en lo visual si se le mide con su último concierto en la capital en abril de 2003. Una economía de recursos escénicos mal calibrada, y que sólo se hizo dadivosa a partir del último tercio del concierto.
Las contorsiones, las poses, los guiños a la tradición rock encuentran en el líder del sexteto, Adrián Dargelós, a un reencarnado en la figura del ídolo, y también a un pequeño charlatán que habla de caos y caídas libres en el placer. Es una víbora que se mueve ágil y captura.
Anoche todo el Teatro Providencia probó y compró sus ofertas de rock y cancionero latino. Esta noche nuevamente está agotada la función de Babasónicos. Una gran venta.
