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Baryshnikov se transformó en "un fan del teatro" por sobre la danza

Afirmó que mantenerse en forma le cuesta "cinco o siete horas de estudio y ahora bailar no es mi prioridad".

25 de Junio de 2004 | 12:21 | Efe
BARCELONA.- El bailarín Mijaíl Baryshnikov dijo hoy en la ciudad española de Barcelona que se inclina cada vez más por el teatro y que en estos momentos la danza no le atrae tanto, aunque no piensa abandonarla.

El artista, de origen lituano y nacionalizado estadounidense, afirmó que mantenerse en forma le cuesta "cinco o siete horas de estudio y ahora bailar no es mi prioridad".

Baryshnikov presentó hoy en Barcelona la obra "Forbidden Christmas or The Doctor and the Patient", del director georgiano Rezo Gabriadze, que protagonizará desde mañana hasta el 1 de julio, y a la que definió como "una metáfora" de la realidad que "no es, de ninguna manera, una pieza de danza".

"En este collage poético hay elementos de danza, pero no es el elemento dominante de la obra", agregó.

El coreógrafo del espectáculo, Luis Pérez, precisó que los movimientos de los actos son muy estilizados, "pero no son pases de bailes como los que se puedan dar en el ballet".

"Forbidden Christmas or The Doctor and the Patient" -una mezcla de teatro, danza, música y marionetas- es un cuento de Navidad que transcurre en la Georgia de los años 50, en plena época estalinista, cuando un marinero que termina el servicio militar regresa a su casa y encuentra a su novia casada con otro hombre.

El joven intenta suicidarse, pero tiene una visión y se convierte en un coche y, de esa manera, ayuda el día de Navidad a un médico a trasladarse a un lugar lejano para visitar a un enfermo.

Tanto la figura del hombre que se cree un coche como el médico fueron tomadas por Gabriadze de personajes reales del pueblo georgiano de Kutaisi, en el que nació.

Durante la presentación de la obra, Baryshnikov también se refirió al proyecto de la fundación que lleva su nombre, y que, con un coste de 35 a 40 millones de dólares, pretende ayudar a jóvenes creadores de diversas disciplinas artísticas.

La fundación compró un viejo edificio en Nueva York que alberga tres salas de teatro, oficinas y una biblioteca y que atenderá a los jóvenes creadores extranjeros que lleguen a la ciudad.

El bailarín espera que también sirva para dar "una segunda oportunidad" a los artista emergentes estadounidenses y a los recién graduados en las escuelas de arte y que se convierta en un lugar de encuentro de actores, escritores y directores de cine.

"Soy un fan del teatro y con mi fundación apoyo también que las obras europeas se puedan ver en Estados Unidos porque hay obras que son demasiados caras o no son muy comerciales", concluyó.