Supernueva: Purdy Rocks
La primera vez que Caterina Purdy actuó en vivo no estaba ante una audiencia precisamente dispuesta a rockear. Estaba inaugurando una exposición de artes visuales en una galería de la avenida Alonso de Córdova, al frente había invitados y críticos y, por ejemplo, no fue posible ese gesto siempre franco y cariñoso de tirarse encima de la gente al final del concierto.
“Me habría dado un porrazo”, evalúa ahora, luego de su más reciente show, donde sí terminó arrojándose al público al cabo de un buen desorden: Caterina Purdy, artista visual, en adelante Purdy Rocks para todo cuanto tenga que ver con cuestiones musicales, ha lanzado su primer disco, “Rock my ass”. “Es artesanía electrónica, porque lo hice de modo muy manual, tocando las melodías, grabando las voces, cortando y pegando”, explica la nueva rockera. Olivia Newton-John, porno, Madonna, clichés punk y heavy metal, Monga y actitud warrior - “Shenga, la warrior” es una de sus mejores canciones- quedaron cortados y pegados aquí con bases electrónicas tan elementales como estimulantes.
“Es una plataforma donde interactúan las distintas facetas de la obra. Me gusta pensar que es un gran universo insconsciente”, dice, y de hecho en esta música reaparecen obras con las que la artista ha ganado notoriedad, como el gato-mochila o la rata-micrófono confeccionados a partir de animales disecados. Objetualidad, parodia y resignificación fueron conceptos acuñados en torno a esos trabajos. ¿Con la música es igual? ¿Purdy Rocks está resignificando a Monga? Ella prefiere la palabra intuición. “Las artes visuales en Chile son un campo un poco limitante. La música me da más libertad. Esto es mucho más instintivo”.
Hay otra diferencia. Antes la rata o el gato embalsamados eran los expuestos. Ahora Purdy es la obra. “Eso me complicaba, porque al principio la idea era que la música se la jugara sola. Pero ahora me lo tomé con más naturalidad y relajo. La energía de la gente lo equilibró”. Y la energía propia también: en vivo Purdy Rocks emplea desde utilería plástica y videoclips hasta un cuerpo de baile en peluche tamaño natural como fugado de Fantasilandia en ácido. “Hay un cuento con la infiltración”, dice, y ahora que el clip de “Shenga” aparece en Vía X, que el disco suena en radio Concierto y que Purdy Rocks toca el 16 de julio en La Batuta (Jorge Washington 52, plaza Ñuñoa) con Gabriel Vigliensoni y Francisco Allendes, está infiltrando de veras. ¿Ha perdido Chile una artista visual y ha ganado una rockera? “Ja, ja. No creo, pero me encanta la frase. Lo que sí sé es que voy a seguir tocando”.
David Ponce 9/7/2004
