PARIS.— La Opera Nacional de París halló una partitura original manuscrita que podría ser la clave necesaria para conocer las verdaderas intenciones de ’’Los Cuentos de Hoffmann'', ópera del compositor francés Jacques Offenbach, dijo el jueves la organización.
El manuscrito, que se creyó destruido en un incendio, fue descubierto durante una redistribución de la biblioteca de la ópera. En la partitura se observa información esencial y completa de la manera como fue representada por primera vez en 1881 "Los Cuentos de Hoffmann".
Durante el paso de los años se han producido varias versiones y publicaciones de la ópera, cada una basada en los paulatinos descubrimientos que se han hecho de las partituras escritas a mano de la misma.
La partitura que se acaba de descubrir contiene correcciones escritas por el compositor y otras personas tras la muerte de éste.
"Los cuentos de Hoffmann" narra la historia de un joven poeta que divierte a sus amigos en una taberna contándoles historias sobre sus desventuras amorosas. Los personajes van cambiando, pero en cada cuento aparece una mujer que está lejos del alcance del poeta y un hombre que frustra su afán de alcanzar el verdadero amor.
Previo al hallazgo de la partitura, se sabía que Offenbach había recortado una parte del famoso acto Giulietta, pero con el nuevo manuscrito se descubren más actos editados por parte del compositor, lo que podría ayudar a entender por qué "Los Cuentos de Hoffmann" ha sido considerada durante bastante tiempo una composición mal estructurada.
La Opera Nacional de París digitalizó el documento antes de entregarlo a la Biblioteca Nacional de Francia. Sin embargo, la Opera continuará siendo la propietaria de la partitura, dijo la organización en su comunicado.
Esta ópera de Offenbach es mucho más seria que las que el músico había compuesto con anterioridad, en su mayoría operetas satíricas. En su lecho de muerte no logró completar "Los Cuentos", por lo que su amigo más cercano, Ernest Guiraud, lo hizo.
Dos incendios que supuestamente acabaron con partituras originales en la década de 1880 le dieron a la pieza la fama de una ópera maldita.