Amor-tópico
Marisol García C. 19/7/2004
Jueves 15 de julio
Estación Mapocho
Todo se expande en un show de Sin Bandera. El dúo no es dúo, sino que una banda con otros cuatro músicos, que nunca dejan completamente solo al núcleo principal de Leonel García y Noel Schajris. El público, que uno esperaría discreto, se multiplica hasta siete mil personas, que tampoco están aquí para escuchar un par de hits: es gente que ha memorizado previamente el total de versos grabados alguna vez en los discos
Sin Bandera y
De viaje. Y los buenos sentimientos son también, esta noche, materia de grandes cálculos. No hay tibieza que valga en las relaciones humanas a la manera de Sin Bandera. En sus canciones el amor es materia de gran entrega, de fidelidad eterna, de encuentros físicos sublimes. Las mujeres están encantadas con este par de latinos de voces afinadas y cierta habilidad sobre la guitarra electroacústica y los teclados, que compensan su falta de carisma con una innegable habilidad en la construcción melódica y en la fusión de los códigos de la balada con toques de la música latina de baile.
A diferencia de, digamos, Simon & Garfunkel, Sin Bandera es un dúo que no se afirma como tal sino como parte de una marca mayor. Su sonido es el de una banda, que dispersa los timbres en los sonidos tradicionales de la música radial. Y, aunque convencional, su música tiene el valor de lo cálido, de lo empático, de una composición dispuesta a tomar todos los clichés que nos han enseñado sobre el amor y reivindicarlos como marca intrínseca de valor. “
Mientes tan bien que me sabe a verdad todo lo que me das”, es una de las ideas-fuerza de “Mientes tan bien”, uno de sus principales hits junto a “Entra en mi vida” y “Kilómetros”. Los integrantes de Sin Bandera están dispuestos a repetir sin parar los tópicos del romántico profesional: “no puedo estar sin ti”, “me enseñaste”, “creo en ti”, “te necesito”. Y su público adora esa redundancia.
