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Tercer programa Temporada 2004 28/7/2004

30 de Julio de 2004 | 15:24 |
Tercer programa Temporada 2004

Gilberto Ponce 28/7/2004

El director Victor Yampolsky, conocido en temporadas anteriores, estuvo al frente de la Sinfónica en el tercer programa de la Temporada Internacional. El interés de su presentación radicaba en los estrenos de dos obras, las Seis Canciones, para Mezzosoprano y orquesta de Alexander Zemlinsky, y el Duett-Concertino para Clarinete, Fagot y orquesta de cuerdas de Richard Strauss, junto a la presentación de la monumental Sinfonía Nº 6 de Anton Bruckner.

El resultado general es disparejo, y se puede atribuir en gran medida al director.

Las Seis Canciones de Zemlinsky fueron cantadas por la musical contralto Carmen Luisa Letelier en papel de mezzosoprano, lo que influyó para que su voz no tuviera la consistencia necesaria en aquellas canciones de registro muy agudo, pues en las otras su voz fluyó sin contratiempo, aunque luchando con una orquestación demasiado gruesa.

El lenguaje de Zemlinsky, se asimila bastante al de G. Mahler, y en ocasiones al de R. Strauss, indagando además en las raíces del expresionismo, los textos de Maeterlinck, son de gran belleza, y creemos que merecían un tratamiento musical de mayor interés, incluso en un irreverente pensamiento, imaginamos cual habría sido el tratamiento que Mahler les hubiera dado, ya que en ocasiones pareciera que a su autor, le preocupan más las atmósferas, que las sonoridades afines con los textos, cuestión central en las composiciones de Mahler. Como ejemplo está el oscurísimo “Cántico a la Virgen”, donde el canto se ve favorecido por el uso exclusivo de las cuerdas, la más expresionista de las canciones. La dirección fue, en todo momento cuidadosa de los equilibrios entra la solista y la orquesta.

De todas formas aunque el público reaccionó con cierta frialdad, no podemos dejar de aplaudir el estreno de obras como esta, que amplían el horizonte de las temporadas.
El Duett-Concertino, para clarinete, fagot y cuerdas de R. Strauss, es más bien una Sinfonía Concertante, en tres movimientos que se interpretan sin interrupción, que requiere de solistas de gran nivel, por las dificultades evidentes a lo largo de toda la obra. Francisco Goüet en clarinete y Arión Linares en fagot, respondieron ampliamente a las exigencias, con bellos fraseos, un sonido consistente y una perfecta unión entre ambos y la orquesta, que además considera a un solista en cada una de las cuerdas, que a veces se funde con las maderas, para jugar a una especie de Concerto Grosso. Creemos que existió una corriente muy fuerte entre director, solista y orquesta, para encontrar la mejor de las versiones, que entusiasmó al público.

El Post-Romanticismo, con esa carga emocional que indaga en las profundidades del alma humana, cuyos máximos representantes son Gustav Mahler y Anton Bruckner, requiere para un buen resultado, no sólo el conocer las notas de las obras y hacer una correcta lectura de melodías y ritmos. Es necesario ponerse en un plano casi filosófico, que pueda extraer de esas obras los mensajes implícitos a veces en lo más profundo de ellas. La orquesta hizo lo que el director indicó, con resultados sonoros correctos, a veces estridentes, jugando con las dinámicas y fraseando según los gestos de Yampolsky, pero estos fueron sólo eso, gestos, que se quedaron sólo en la cáscara, no llegando a la médula. El bellísimo Adagio, de una poesía inmensa, fue llevado a una velocidad, que impidió cualquier acercamiento a Bruckner, a pesar del buen sonido de las cuerdas.

En el tercer movimiento, que parece haber sido enfocado a la manera de Wagner, los bronces respondieron bien, pero sin ninguna sintonía con el resto de las familias, los gestos enfatizaban algo disgregado.

Por supuesto que una versión de esta naturaleza resulta tediosa, por ser una sucesión de frases inconexas, pensamos que aunque el director, conozca de memoria la obra, debe haber una compenetración sicológica mayor, que pensamos aquí no existió. Creemos que Yampolsky es un buen director, al que no le es afín este tipo de lenguaje musical. No se le puede exigir excelencia en todos los autores.