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Correcto cierre para "El Anillo de los Nibelungos" en Festival de Bayreuth

La tetralogía de Richard Wagner estuvo dirigida musicalmente por Adam Fisher y escénicamente por Juergen Flimm.

02 de Agosto de 2004 | 08:41 | DPA
BAYREUTH, Alemania.- La tetralogía de "El Anillo de los Nibelungos" de Richard Wagner fue cerrada en la noche del domingo en el Festival de Bayreuth con una representación de "El crepúsculo de los dioses" que gustó al público.

En el elenco que ofreció un desempeño sin grandes brillos destacó Evelyn Herlitzius en el papel de Brunilda y fue premiada con ovaciones. Pero entre el aplauso cordial dispensado al director Adam Fischer, a quien faltó algo de ímpetu y dinamismo, se mezclaron algún que otro abucheo.

El director Juergen Flimm halló en la cuarta y última parte del ciclo nuevamente la senda a las imágenes y los personajes acabados que había perdido en Sigfrido".

El palacio de los Gibichungos en torno a Gunther (Olaf Baer) y Gutrune (Yvonne Wiedstruck) es un andamiaje de metal similar a una torre de oficinas en el que suben y bajan para hacer caer a Sigfrido (Christian Franz) en la trampa. El héroe, en busca de aventuras, prueba una poción mágica, olvida de inmediato a Brunilda y arde de pasión por Gutrune.

Así comienza la tragedia. Sigfrido rapta a Brunilda para dársela a Gunther. Ésta, apoyada por Hagen (Peter Klaveness), jura vengarse y matar a Sigfrido. Hagen asesta a Sigfrido una lanza en aquel paraje sombrío en el que éste acabó con Fafner.

Empero, el hijo de Alberich (Hartmut Welker), no consigue acceder al anillo fatídico. Brunilda le alcanza una espada sobre la que se precipita. La escena final trae la esperanza. El castillo se derrumba lentamente coronado por las llamas, mientras cada vez más gente puebla la escena y se dirige hacia el fondo, donde una luz intensa anuncia la llegada de un mundo nuevo y tal vez mejor.

La puesta en escena del "Anillo" de Juergen Flimm desaparece esta temporada del calendario de Bayreuth. El balance que deja el "Anillo del milenio", llamado así por su comienzo en el año 2000, es ambiguo.

Después de ofrecer imágenes acabadas y convincentes en "El Oro del Rhin" y "La Valquiria", la interpretación de la tetralogía como la lucha neoliberal por el poder y el dinero no resultó suficiente como soporte para todo el ciclo. Como positivo se puede, eso sí, destacar la sensibilidad con que condujo Flimm a los personajes, en los que se reconoció claramente el sello personal de este hombre del teatro.

A nivel musical, el "Anillo" estuvo marcado por los cambios. Adam Fischer asumió la dirección en 2001 tras la muerte de Giuseppe Sinopoli. Arrancó de forma brillante, pero ha dejado en el camino algo de su renombre por el extremo recato con que ha dirigido últimamente.

Brunilda cambió dos veces de intérprete: de Gabriele Schnaut a Luana Devol y luego a Evelyn Herlitzius. Esta última fue un golpe de suerte porque supo representar a una valquiria de una pasión poco común. Menos fortuna tuvo el director de los festivales Wolfgang Wagner con otros cantantes. Peter Klaveness no llegó al nivel que alcanzó John Tomlinson en el papel de Hagen en 2002.

La tetralogía de "El Anillo de los Nibelungos" será representada dos veces más hasta fines de agosto, fecha en la que Wagner dará a conocer el nombre del encargado de ponerlo en escena en 2006, un asunto muy discutido estos días en la "Colina Verde" de Bayreuth.
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