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La magia del guitarrón 6/8/2004

06 de Agosto de 2004 | 20:33 |
La magia del guitarrón

Miércoles 4 de agosto
Sala SCD – Plaza Vespucio


Marisol García C. 6/8/2004

Un robusto hombre ciego, de pelo cano, abraza una guitarra extraña, de al menos veinte cuerdas. A su lado, un payador delgado ofrece la estampa magnética de quien sabe cómo vestir una chaqueta de cuero y un gorro grueso de lana para cantarle, así, versos agradecidos a Dios. Los chilenos podemos fascinarnos al descubrir súbitamente a Leadbelly, Blind Willie McTell y otras figuras señeras del blues. Pero estos dos sujetos viven hoy en Pirque, y transmiten la misma magia emocional de las primeras páginas de la historia musical del siglo XX. Lejos de los focos, el encuentro con su arte histórico es doblemente emocionante.

Son Santos Rubio y Osvaldo Ulloa, los dos “invitados” que la noche del miércoles terminaron convirtiéndose en protagonistas del concierto de presentación de Nometomesencuenta, un experimento dirigido por José Pérez de Arce, en el que un grupo de siete músicos adaptan composiciones pop (de Café Tacuba, Caifanes y Gustavo Cerati) y canciones folclóricas tradicionales, a los códigos que permiten los instrumentos típicamente chilenos, especialmente el guitarrón. Es inusual que ese instrumento robusto apareciera en compañía, pero cuatro integrantes del grupo La Chimuchina e invitados lo han ubicado como foco de atención para un desarrollo que también incluye violín, guitarra, vibráfono, acordeón, bajo eléctrico e instrumentos de percusión interpretados con sobriedad y guía iconoclasta. Una canción de la mejor etapa de Cerati, como “Vuelta por el universo”, se presenta así como si fuese un grito romántico lanzado desde la precordillera (por decir algo), y los Café Tacuba son irreconocibles con canciones tomadas de su estupendo Revés / Yo soy. Pérez de Arce se hace cargo de la voz y el guitarrón, que no se rasguea sino que se toca con delicadeza de experto. Ante su carga histórica todo es asombro y disfrute. La investigación es mérito suyo y de sus socios, pero el público al frente también se siente parte de un esfuerzo vinculado a las raíces y la magia, las dos fuentes de la mejor música.
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