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Cuba recuerda 85° aniversario del natalicio del cantante Beny Moré

Las emisoras cubanas de radio y televisión reservaron espacios para recordar al talentoso músico nacido en el humilde barrio de La Guinea, en la localidad de Santa Isabel de las Lajas, en la provincia central de Cienfuegos.

24 de Agosto de 2004 | 17:55 | EFE
LA HABANA.- Cuba celebra hoy el 85° aniversario del natalicio de Beny Moré (1919-1963), una auténtica personalidad de la música de la isla, identificado para la posteridad con el sobrenombre de “El Bárbaro del Ritmo”.

Las emisoras cubanas de radio y televisión reservaron espacios para recordar al talentoso músico nacido en el humilde barrio de La Guinea, en la localidad de Santa Isabel de las Lajas, en la provincia central de Cienfuegos.

Allí, como cada año, sus paisanos peregrinaron hasta su tumba y en el Casino de los Congos tuvo lugar un toque de los dos tambores, una ceremonia de las religiones afro-cubanas.

Bartolomé Maximiliano Moré, su verdadero nombre, aprendió allí los cantos de sus ancestros, pero también a interpretar el son, la guaracha y la rumba.

Beny, un autodidacta que aprendió a tocar la guitarra con un amigo de la niñez, no dominaba el solfeo, pero componía, se aprendía los arreglos y llegó a dirigir su propia orquesta, con una estructura similar a las bandas norteamericanas de jazz, a la que gustaba llamar “La Tribu” o “La banda Gigante”.

Su voz potente, de amplio registro, no tardó en convertirse en un elemento de gran valor para el cantante, que muy joven integró el conjunto Avance y paseaba su talento en serenatas, bailes populares y guateques de pueblos.

Su traslado a La Habana en 1940 comenzó a trazar un nuevo camino en su trayectoria artística.

Y el conocer al famoso guitarrista y compositor Miguel Matamoros, que le invitó a integrar su conjunto, marcó su verdadero debut como cantante profesional y sus primeras grabaciones discográficas.

Fue Matamoros quien le sugirió la adopción del nombre artístico de Beny Moré a quien compuso su primera canción a los 14 años y dejó más de 200 grabaciones.

En 1945, el Beny viajó a México por primera vez y tres años después entró como primer cantante en la orquesta del famoso “Rey del Mambo”, el músico cubano Dámaso Pérez Prado.

Con Pérez Prado, Moré actuó en cabarets y teatros, y participó en algunas películas hasta que decidió retornar a la isla en 1950.

Para entonces ya era conocido como el “Sonero Mayor” y había demostrado su amplia capacidad para manejar su voz con igual facilidad y estilo propio en la interpretación de un bolero, una guaracha, un cha-cha-cha o un merengue.

A partir de 1955, paseó su repertorio por el continente durante sus giras artísticas por Venezuela, Jamaica, Haití, Colombia, México y Estados Unidos.

Muchas de sus interpretaciones son consideradas todavía inigualables y pocos cantantes se atreven hoy en día a cantar las melodías de las que hizo una creación muy particular.

Entre ellas se encuentran “Dolor y perdón”, “Mi amor fugaz”, “Ahora soy feliz”, “Te quedarás”, “Hoy como ayer”, “Amor y fe”, o los sones de su autoría dedicados a ciudades cubanas como “Manzanillo”, “Cienfuegos” y “Santiago de Cuba”.

Los que le conocieron aseguran que dominaba todos los géneros y ritmos cubanos, y algunos, como el musicólogo Helio Orovio, lo han calificado como “la rebelión de lo popular, la ascensión del estilo popular cubano. De ahí su autenticidad y fuerza”.

Hasta en su modo de vestir mostró una imagen peculiar, al lucir un traje de chaqueta muy larga, pantalones de ancha talla sostenidos por tirantes, un sombrero alón, zapatos de dos tonos y un bastón para rematar el conjunto.

Ya a principios de la década de 1960 su salud se había quebrantado visiblemente a causa de una cirrosis hepática que no le impedía una actividad artística sin reposo y finalmente lo llevó a la muerte con 47 años en febrero de 1963.