SAO PAULO, Brasil.- América Latina contará con una sección especial y una participación inédita, con 29 filmes de ocho países, además de Brasil, en el 15to. Festival de Cortos de San Pablo, cuyas proyecciones comenzarán mañana.
En coincidencia con los 450 años de fundación de Sao Paulo, el Festival de Cortos se inauguraba hoy en el Teatro Municipal, una de las joyas arquitectónicas de la ciudad, para "mostrar el vínculo" entre ese festejo y el cine, explicó Elizabeth Sá Freire, directora adjunta de la reseña.
Este festival conserva el objetivo de reflejar la "aparición de nuevos cineastas y talentos, además de mantener una rica diversidad de trabajos", dijo Freire a ANSA.
El festival nació en 1990 gracias a la asociación cultural Kinoforum, que se propuso mostrar los cortos producidos en diversos países, como ocurre cada año en Oberhausen (Alemania) y Clermont Ferrant (Francia).
"Es una vidriera para estas obras, que no tienen mucha difusión y la distribución es muy problemática", destacó Freire, quien comparó esta muestra con el Festival de Cine Independiente de Buenos Aires y el de Guadalajara, a nivel latinoamericano.
"Es maravilloso tener contactos con nuevos socios, como las escuelas de cine, las embajadas y los institutos audiovisuales de México y Argentina", agregó.
La participación de cortometrajes, que son seleccionados por un jurado, se duplicó en los últimos años, hasta llegar a los 437 de esta edición, provenientes de distintos continentes y del país anfitrión.
En cuanto a las obras latinoamericanas, este año es el de mayor participación: 29 cortos de 8 países, 11 de ellos de México, además de Chile, Colombia, Venezuela, Perú, Argentina, Uruguay y Cuba, agrupados en una sección especial.
El criterio de la selección es que las obras "representen el cine latinoamericano que se hace en cada país, además de una identidad propia en temas cotidianos", explicó a ANSA Gabriela Manzini, responsable de la programación regional.
La sección latinoamericana quedará inaugurada con la coproducción méxico-venezolana "Los elefantes nunca olvidan", de Lorenzo Vigas Castes, una ficción sobre adolescentes que buscan vengarse del adulto que los maltrató de niños.
Venezuela participa también con "Magda", de Beto Benites, y "Nocturno", de Carlos Caridad Montero, ambas con fuerte protagonismo femenino y abordando temas como la prostitución y la sexualidad.
La infancia y la mirada de los niños en historias son abordadas en varios cortos, como "Niño con lluvia", del cubano José Dévora; "Otoño", de la chilena Pamela Espinoza; "La historia de todos", de la mexicana Blanca Aguirre; y "Un viaje", de la también mexicana Claudia Monroy Domínguez.
Otra sección especial titulada "Costo argentino" está dedicada al largometraje homónimo, integrado por ocho cortos de ficción, con material de archivos, realizados por nueve escuelas de cine argentinas.
El filme aborda la crisis económica que desbordó en ese país en diciembre de 2001, tras el anuncio del gobierno de la retención de fondos en las cuentas bancarias ("corralito"), y la posterior debacle política que determinó la caída del presidente Fernando de la Rua en el mismo mes.
Los realizadores locales se agrupan en la sección especial Programa Brasileño, de 157 cortos, además de Panorama Brasil, con 46 obras, y otros 20 cortos en exhibiciones paralelas.
El festival también incluye un tributo al húngaro Thomas Farkas, radicado en San Pablo, con la exhibición de 22 obras, a François Truffaut, con la proyección de los cuatro cortos de su carrera, y otras 60 obras de 36 países.
Hasta el 4 de septiembre el público podrá asistir gratuitamente a las funciones, previstas en 11 salas de San Pablo.
Posteriormente, el festival se trasladará por un día a Río de Janeiro, otro a Recife y tres a Porto Alegre.
La edición de 2003 reunió a 30 mil espectadores en todo el país, con una ocupación de las salas de 90 por ciento, y los organizadores esperan al menos igualar la cantidad de público.