
La dupla posa con el galardón obtenido por el disco Lágrimas negras.
SANTIAGO.- El martes 5 de octubre, a las 21.00 hrs, se presentará en el Court Central Estadio Nacional el dúo integrado por el veterano pianista cubano de jazz Bebo Valdés y el cantaor flamenco español Diego El Cigala. Los músicos acaban de obtener un premio Grammy Latino en la categoría Mejor Álbum Tropical Tradicional por su exitoso álbum
Lágrimas Negras.
Sobre el escenario, son una dupla singular. Sentado detrás del gran piano se ubica un hombre de edad, con poco y delgado cabello, anteojos y una cara que revela una vida llena de experiencias. Junto a él, apoyado contra una banqueta, hay un joven gitano con elegante estilo y una larga cabellera, que reúne todas las características del clásico “Latin Lover” (Amante Latino).
Así, a pesar de las diferencias en sus apariencias, tan pronto estos dos hombres comienzan su música, se convierten en una unidad artística. En cosa de segundos, los 50 años de diferencia que hay entre estos músicos, se convierten en nada, disueltos por la armonía que existe entre Bebo Valdés, el hombre del teclado, y Ramón Jiménez Salazar, conocido como Diego El Cigala, el cantante flamenco. Ellos –o por lo menos sus apodos– son “El Caballo” y “El Cigala”.
Y los dos músicos hacen aparecer esa diferencia a primera vista. Pero nadie que escuche la música que ellos ejecutan en su álbum –
Lágrimas Negras– entenderá que esta es verdaderamente una reunión musical de almas. Dos generaciones, dos mundos y dos tradiciones se juntan para crear una armoniosa unión.
Bebo Valdés, de 85 años de edad, es una de las personalidades con vida, más importante de la escena musical internacional, un maestro de la “Era Dorada de la Música Cubana”: Legendaria es su reputación como compositor, productor, pianista y líder de banda. Allá por los años 40, él y su banda Cachao, fueron los primeros en intentar manejar un inusual experimento: una mezcla de sonidos cubanos y mambo. En 1952, él inmortalizó en vinilo la primera sesión cubana de jazz. Siguiendo la revolución de 1960, Bebo voló a Suecia, donde vivió en exilio, trabajando como pianista en varios hoteles de Estocolmo, como una leyenda olvidada. No fue hasta el 2000 que el veterano maestro hizo su inesperado regreso a las luces: en el documental de jazz de Fernando Trueba, “Calle 54”, Bebo Valdés celebra su regreso musical y descubrimiento en la pantalla grande. “Mi cuerpo está débil, pero mi espíritu es de un chico de 20 años”, nos dice en la película.
De hecho, fue el ganador del Oscar, Fernando Trueba, quien presentó a Bebo y Cigala durante la post-producción de su película musical. A estas alturas, Diego El Cigala, ya era una estrella por derecho propio. El “Sinatra del Flamenco”, como se le llama a veces, es bien considerado por todos los grupos étnicos ibéricos, así como también en los países de habla española de Sudamérica. Sus discos solistas se venden como pan caliente y necesitan sólo de un pequeño marketing.
El Cigala nació en el año 1968 como Ramón Jiménez Salazar, hijo de una familia tradicionalmente musical, con profundos lazos por el Cante Jondo, la música de los gitanos españoles.
El joven incorporó este lazo en su voz y en su cantar desde la niñez, y hoy es conocido por hacer sus tradicionales canciones de flamenco más interesantes y atractivas.
Desde el comienzo, la química musical entre Bebo y Cigala fue perfecta: Entre septiembre y diciembre del 2002, los dos tocaron en Madrid. Juntos, descubrieron puntos de contacto y tensiones musicales, las cuales ellos mezclaron en un todo nuevo: El Cante Jondo y el Flamenco Gitano salieron al encuentro de la rumba y el bolero – incluyendo incursiones dentro del territorio del tango y la bossa nova. Y todo esto enmarcado por la genialidad de Bebo en el piano y la voz intensa de El Cigala.
Así, su eventual colaboración culminaría en el álbum de BMG España,
Lágrimas Negras, coproducido por el amigo de ambos, Trueba. En él, Bebo y Cigala son asistidos por músicos famosos internacionalmente, como el violinista uruguayo Frederico Britos, el saxofonista de jazz, Paquito D’Rivera y el guitarrista español, El Niño Josele. El resultado final, según palabras de Diego El Cigala, es “el sonido del alma”.
Un sonido que no ha pasado inadvertido: desde su lanzamiento en el 2003, el disco ha vendido más de 250.000 copias, sólo en España. El álbum estuvo más de 10 semanas en los Top Ten de ese país y más de 55 semanas en los Top 30.
Lágrimas Negras también ha sido un gran éxito fuera de España: Ha estado ubicado dentro de los Top 10 en México y Argentina, Top 30 en Portugal, Discos de Oro en Argentina y Venezuela, y un premio como “Álbum del Año” otorgado por el New York Times. Más de 100.000 discos vendidos en todo el mundo a sólo tres meses de haber sido editado el álbum.
El disco también obtuvo cinco premios “Amigo Awards” (el equivalente español de los Grammy de Estados Unidos), así como también el prestigioso “Premio Ondas” por Mejor Album de Flamenco del Año. Con cinco nominaciones a los Grammy Latinos de este año –de las cuales obtuvo un trofeo-, el dúo está frente a una excelente oportunidad de ganar más premios en el futuro.
Incluso la gente que no sabe mucho sobre la escena musical de América Latina o España, se siente atraída por este particular dúo. Los dos músicos recibieron fuertes aplausos y ovaciones de pie cuando ellos acompañaron a estrellas tan disímiles como Alicia Keys y Dido.
Valor de Entradas: Vip Platinium $ 30.000, Golden Box $ 25.000, Platea General $ 15.000, Galería $ 12.000. En venta a través de Ticketmaster 6902000, tiendas Falabella y CineHoyts.
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