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Amenábar recibe elogios en Venecia

El realizador compite en el festival italiano con su última película, "Mar adentro".

04 de Septiembre de 2004 | 09:06 | EFE

Foto: Archivo.
VENECIA.- La película española "Mar adentro" ha recibido una óptima acogida por parte de la prensa internacional en el Festival de Venecia, donde forma parte de la competición por el León de Oro.

"Mar adentro" es la historia real de Ramón Sampedro, un tetrapléjico que vivió postrado en su cama durante más de veinte años y que decidió suicidarse con la ayuda de desconocidos en 1998, después de fracasar en su intento de que los tribunales le reconocieran la posibilidad legal de acogerse a la eutanasia.

Javier Bardem, Belén Rueda, Lola Dueñas, Mabel Rivera y Clara Segura son algunos de los intérpretes de esta cinta que en su primera proyección en Venecia, dedicada a la prensa y la industria cinematográfica, cosechó una gran ovación.

Los aplausos se hicieron más intensos cuando en los títulos de crédito finales apareció Bardem, conocido en la Mostra veneciana porque en 2000 ganó la Copa Volpi al mejor actor por su papel del poeta cubano Reinaldo Arenas en "Before night falls", de Julian Schnabel, que también le valió una candidatura al Oscar.

Otra nueva salva de aplausos de un par de minutos de duración recibió a Amenábar y su equipo cuando comparecieron hoy en la rueda de prensa para explicar los pormenores del filme, del que la prensa italiana también se había hecho eco en días precedentes con amplios espacios.

Con "Mar adentro" Amenábar ha regresado a Venecia, donde en 2001 compitió con "Los otros", mientras que Bardem se confesó "emocionado" por los aplausos.

El joven realizador explicó que Ramón Sampedro estaría encantado de ver cómo se reabre el debate acerca de la eutanasia, pero puntualizó que su idea al dirigir la historia era "plantear una reflexión, no una reivindicación".

No obstante, de manera intencionada la cinta no se centra en el debate jurídico y filosófico acerca de la eutanasia para evitar que se quede obsoleta dentro de unos años.

"Ramón miraba la muerte de frente. Leer su libro y saber cosas de él me ha hecho sentirme más vivo, porque su visión no era dramática. La vida sigue siendo maravillosa y no se trata de entender la muerte pero sí de aprender a vivir con ella, de manera natural", dijo el cineasta.

Confesó que llegó a plantearse situar la historia en Irlanda sin centrarse exclusivamente en la peripecia de Sampedro, pero terminó por asumir que su historia merecía la pena ser contada en España y en español. Me llamó la atención la paz y la serenidad con la que pedía algo que para los demás es chocante y descubrimos su humanidad".

Amenábar se toma algunas licencias en el filme, como hacer andar a Sampedro en sus ensoñaciones, para hacer frente al "reto" de que la película fuera "dinámica".

"Eso se logra entrando en su mundo interior, en sus ensoñaciones, que sabemos que eran importantes para él. Era interesante traducir ese universo y llegar con él al precipicio", señaló el realizador, que ha firmado así su cuarto largometraje, todos con la muerte como un factor central.

Por su parte, Javier Bardem aseguró que el personaje era sencillo de interpretar y las limitaciones físicas derivadas de que da vida a un tetrapléjico "se pueden trabajar, pero no son un impedimento".

Para el actor español la muerte es un hecho que los seres humanos intentan no afrontar, "porque nuestra amor a la vida no nos hace verla como algo natural, pero Ramón Sampedro me ha enseñado a hacerlo".

El filme incluye también una escena ficticia, un debate entre el personaje de Sampedro y un sacerdote, también parapléjico, sobre la eutanasia.

Amenábar explicó hoy que la presencia de un representante de la Iglesia era fundamental, dada su influencia en España, y agregó que de esa manera quiso ser ecuánime y aportar sus argumentos, "aunque no comparto su discurso".
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