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El encanto de la canción pop 17/9/2004

17 de Septiembre de 2004 | 00:00 |
El encanto de la canción pop

El debutante cuarteto afianza en su primer disco canciones de ganchos adherentes y melodías sorprendentemente cómodas. Para Julián Peña, su cantante y compositor, el sonido de Casanova "es lo que siempre quise". Y eso que ha pasado por bandas destacadas, como Los Santos Dumont y Ángel Parra Trío.


Marisol García C. 17/9/2004


La opción de Los Santos Dumont por trabajar un rock de espacios amplios, timbres diversos y fuerte descanso en lo eléctrico, tiene mucho que ver con lo que Julián Peña —el cantante de esa banda durante seis años— ha decidido hacer ahora que está a cargo de su propio grupo. Para bien y para mal, piensa uno, cuando se entera de que así como en Los Santos Dumont ensayó sus primeros pasos como un compositor exitoso (es suya la letra del estupendo single "Ayer"), ahora en Casanova puede abocarse al rock austero, directo y acotado que durante ese tiempo debía admirar a lo lejos. Más que la sicodelia, Julián Peña es un auditor que ama el género de la canción pop, y ha encontrado en Casanova al fin el lugar donde desarrollarla.

Sus aliados (el guitarrista Rodrigo Otero, el bajista José Luis Saavedra y el baterista Felipe Quiroz), comparten con él una precisión repartida en los trece títulos del disco Casanova. Melodías bien dirigidas, estribillos adherentes y los ganchos justos sostienen un álbum levantado sobre no más de cuatro instrumentos.

—Creo que aquí continúo un poco lo que practiqué en Similia similibus [el último disco de los Santos, de 1999]. De hecho, hay tres canciones que son de esa época, y que compuse con [el guitarrista] Mauricio Melo. Pero los Santos siempre fueron un grupo como de ejercicio musical, y en el último tiempo yo quería salirme de eso. Quería hacer canciones, bien tarareables, en la típica fórmula Beatles/Kinks. Hacer eso en los Santos trajo problemas. [El teclista] Marcel Molina se fue del grupo porque encontraba que "Ayer" era un tema muy pop.

El desprejuicio de Julián Peña tiene, también, otras pruebas. Su cara puede resultarle familiar a los seguidores del jazz, pues hace cuatro años el cantante se integró como "invitado" a Ángel Parra Trío. Dos discos y varias presentaciones más tarde parece que es hora de comenzar a considerarlo un integrante estable. Con ellos recorrerá parte de Centroamérica a fines de octubre.

—En Chile perfectamente puedes tener dos o tres proyectos al mismo tiempo. Ahora, el Trío puede funcionar sin mí. No así Casanova, que es mi proyecto, son mis canciones. Casanova es lo que siempre quise. Es como mi segundo pequeño hijo.

—Ahora en Casanova estás mucho más exigido. Tuviste que empezar a escribir más letras, por ejemplo.

—Las letras siempre habían sido mi punto débil y creo que me he soltado de ene miedos y prejuicios que tenía conmigo mismo. En el disco hay tres temas con letras completamente mías, y el esto en co-autoría con el Melo y con un amigo poeta, Francisco Greene. Y las letras me identifican mucho. No son alta poesía ni tienen un gran mensaje, pero no creo que sea ésa la función de una canción.

Dos polos explican los versos de las canciones de Casanova. En el lado luminoso, la dulzura de una canción como "Noel" (compuesta a cuatro días del nacimiento de su hijo) convive con reflexiones simples sobre un amor bien llevado ("No estamos solos"). Pero cuando en "Voy" Julián Peña canta que "Voy a empezar a hablar con otra voz / diluir el miedo", uno sabe que se está acercando a un terreno más doloroso, confirmado luego por "La muerte me dio vida", compuesta tras el fallecimiento de su madre, hace cuatro años.

—"Voy" identifica muy bien un momento de mi vida, hace dos años, pero que ya pasó. La mayoría de las canciones son sobre lo que me está pasando ahora, cuando muchas cosas han cambiado para bien. Me hace feliz poder ver esa evolución en mis canciones. No hay nada que me interese más que esa expresión; la posibilidad de que alguien llegue a emocionarse con una canción mía.

Nacido en Colombia, y con una adolescencia vivida en Copenhague, Dinamarca, Julián Peña buscó desde su llegada a Chile la forma de canalizar una vocación musical hacia la cual tuvo muy pocas dudas. Uno de sus primeros grupos fue Los Diamantes (con Gastón Astorquiza, ex Fruto Prohibido; y Cristóbal Pfenning, ex Pánico), en donde comenzó a afirmar un estilo en el que la primera impresión la da su timbre vocal elegante y expresivo, muy afinado.

—Yo creo que en el rock no tienes por qué ser un gran vocalista. Ni Mick Jagger ni Johnny Rotten lo son, en el sentido de timbre o tono o qué sé yo; pero tienen una gran actitud, y eso es lo más importante. Tienen que tener esa cosa, que no sé lo que es. Ese color.

—Si destacabas tanto como cantante, ¿para qué componer? ¿Te interesó desde siempre?

—Siempre. Tal vez la gente ahora me ve como cantante, pero confío en llegar a ser más reconocido como compositor, como creador. Me gustaría que digan "qué bonita su canción", más que "qué lindo canta".

Casanova se presentará los días 1 y 2 de octubre junto a Ángel Parra Trio en el pub ñuñoíno La Batuta. El 16 de octubre, estarán en ese mismo local junto a la nueva formación (que mantiene a Yogui, el cantante y compositor de siempre) del grupo penquista Emociones Clandestinas.

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