Gilberto Ponce
De gran interés para la difusión de la música clásica, resultan las temporadas organizadas por los diversos institutos culturales existentes en nuestro país. A sus presentaciones el público accede en forma gratuita y, por lo general, tiene oportunidad de escuchar conjuntos o grupos de calidad.
El recital que comentamos es parte de un ciclo que abarca 17 conciertos, con agrupaciones nacionales y extranjeras, y se realiza en el Teatro Oriente de la comuna de Providencia, con el auspicio del Instituto Cultural de esa comuna.
En virtud de la importancia que tiene realizar este tipo de extensión, al acercar a las salas de concierto a público nuevo junto a los aficionados de siempre, creemos que algunos aspectos organizativos deben mejorarse. No es posible por ejemplo, cambiar un programa anunciado por la prensa sin dar la más mínima explicación, o que el impreso que se reparte al público sea tan poco explicativo con relación a las obras que se interpretarán, sin señalar sus movimientos, o que las notas al programa, se remitan a una simple biografía de los autores.
Todo ocurrió con el anunciado concierto que ofrecería el Conjunto de Música Barroca que dirige Sylvia Soublette, con obras de Charpentier y Carissimi entre otros, que se cambió, por el Conjunto Instrumental de Cámara, del Instituto de Música de Santiago, anunciado como concierto barroco, que incluía una obra de Mozart, junto a dos obras realmente barrocas de Telemann y Bach.
Todo ante un teatro lleno de un público entusiasta que siguió un tanto confundido la "Obertura de las Naciones Antiguas y Modernas", para cuerdas y continuo de G. Ph. Telemann. En rigor es una suite instrumental en varias partes contrastantes, que no fueron señaladas en el programa.
La interpretó la Agrupación Instrumental del Instituto de Música de Santiago, que comanda Alberto Dourthé, talentoso concertino de la Orquesta Sinfónica. El desempeño del grupo tuvo altibajos, que atribuimos a una falta de ensayos, pues este concierto estaba programado originalmente para el 12 de octubre. Creemos además que la versión estuvo alejada del estilo de Telemann, en cuanto a elegancia y vitalidad, con evidentes desajustes rítmicos y fraseos poco claros, particularmente en los movimientos lentos de carácter cantable, que resultaron sin gracia. Estos problemas fueron superados en los movimientos rápidos, donde el ritmo sin duda les ayudó en cuanto a sincronía y carácter.
El programa continuó con el célebre "Concierto en Estilo Italiano" de J. S. Bach, con Edgardo Campos en clavecín, en un instrumento de escasa sonoridad, que tuvo que luchar contra el ruido de la calefacción interfiriendo gravemente su versión.
En los movimientos extremos y rápidos, demostró buena digitación, aunque tomándose algunas licencias rítmicas alejadas del estilo, y con deslices de notas. En el movimiento lento sus fraseos fueron más claros, pero ciertas frases resultaron casi inaudibles debido al denunciado ruido de la calefacción.
Finalizaron con la obra más contundente del programa: el "Quinteto en Mi bemol mayor" para corno, violín dos violas y violoncello de W. A. Mozart. A cargo de la exigente parte del corno estuvo Joel Silva, quien posee un hermoso sonido, con clara visión estilística y con pequeñísimos quiebres. El sonido del conjunto tuvo momentos muy notables en los movimientos rápidos, como pasajes desbalanceados en el lento. No obstante, creemos que este repertorio les acomoda más que el barroco, pues les resulta más natural.
Rescatable es su entusiasmo y el querer acercarse a un nuevo repertorio, obligándose a trabajar estilos no habituales, pues todos pertenecen a agrupaciones sinfónicas.
Independiente de los aspectos señalados, el público agradeció con cálidos aplausos la presentación, pues tuvo oportunidad de acceder a una instancia artística de nivel profesional, y eso es muy importante.