
Es la primera vez que el realizador visita Valdivia. Foto: Marcos Matus.
VALDIVIA.- La competencia internacional de largometrajes en esta versión del Festival de Cine de Valdivia ha tenido un dejo extraño. Por un lado la tibia recepción que tuvo la esperada "Cachimba" del realizador chileno Silvio Caiozzi. Por otro, la enorme presencia de "La mala educación" de Almodóvar, segura candidata en cualquier certamen que se presente.
Entre medio, japoneses, polacos, mexicanos, chinos, se reparten las preferencias (ninguna unanimidad). Pero en medio de esta fauna cinematográfica internacional, ha surgido silenciosamente "Los guantes mágicos", una excepcional comedia contemporánea, del realizador argentino Martín Rejtman.
Rejtman, responsable también de otras cintas notables como "Rapado" (1992) y "Silvia Prieto" (1999), sorprende con una comedia de aparente bajo perfil, pero cargada de hermosos detalles y grandes aciertos.
Partiendo por la inclusión de Vicentico (ex líder y vocalista de Los Fabulosos Cadillacs), en el papel de un nimio chofer de remise (una especie de taxi), que mira la vida a través un vidrio y que acepta con resignación los coletazos de la rutina.
La elección del corpulento cantante de los Cadillacs (que en la película se ve casi flaco, pisoteado, irreconocible) no es casual. De hecho, tal como lo explica el propio Rejtman, en Valdivia, el guión como tal, se empezó a escribir recién después de contar con la participación del cantante en la película.
"Estaba escribiendo sobre el auto y se me ocurrió poner a Vicentico en el papel. De hecho el guión se empezó a escribir cuando lo imagine a él en el papel del chofer. Así, el personaje es fruto de la trama, de la idea de poner a Vicentico a trabajar de esa manera, de lo que escribí y de las cosas que le van pasando", explica el realizador argentino.
Junto a Vicentico, una galería de personajes atípicos se entrelazan cuidadosamente en el relato: hay una azafata de charters, cuidadores de perros que se dopan para enfrentar la vida, un estridente músico amateur, y así.
A juicio del director: "Ningún personaje de la película es un perdedor. No son personas que están en la miseria. Siento que los personajes en esta película todos están medio corridos de las formas oficiales, todos están ligeramente "al lado". Creo que tiene directamente que ver con la Argentina. Creo que es un país exactamente así: No está en la absoluta miseria, pero de ningún modo está en el primer mundo", dice Rejtman, quien es considerado por la prensa argentina, como un renovador del cine de ese país.
Él, un hombre templado, de trato suave y de voz casi inaudible, se lo toma con calma: "Cuando empecé a hacer cine (a principios de los 90) el cine argentino no me interesaba en lo más mínimo. No me gustaba ni la temática, ni cómo hablaban los actores, ni la manera como se filmaba, y no tenía ningún interés en seguir esa línea. Y así lo hice. Entonces si eso es ser un renovador, entonces lo soy", dice Rejtman con un pragmatismo ejemplar.
Pragmatismo que se manifiesta también en su habilidad para administrar recursos narrativos, pero además en su acercamiento a los personajes de sus películas: "No creo en eso de que los personajes tienen vidas libres. Para mí no existen los personajes más allá de las escenas en las que aparecen en la pantalla. Hay autores que escriben el currículum de cada personaje, dónde nacieron, qué hacen. Yo no, para mí está todo centrado en la pantalla. El resto es evocación. Y lo interesante de la evocación es que nunca es precisa. Es lo que completa la obra por parte del espectador. Creo que si una obra logra evocar, ya es un logro. Hay obras que no evocan absolutamente nada. Quizás es porque son demasiado completas", concluye.
"Los guantes mágicos" es sin duda, una obra sutil y evocadora. Una de las gratas sorpresas del Festival de Valdivia de este año.