NUEVA YORK.- El fiscal general de Nueva York, Eliot Spitzer, está investigando las prácticas que usan las empresas discográficas para influir en la programación de las estaciones de radio, según confirmó hoy el sello EMI.
"Estamos cooperando plenamente con esta investigación, que se encuentra en una etapa preliminar", señaló la empresa en un comunicado emitido en su sede en Londres.
Según un artículo publicado hoy en el periódico "The New York Times", la investigación incluye a las mayores cuatro compañías discográficas del mundo: Universal Music Group, Sony BMG Music Entertainment, Warner Music y EMI.
Según el matutino, la fiscalía solicitó información a las compañías respecto de sus relaciones con los intermediarios que recomiendan canciones a las grandes estaciones de radio.
Las radios tienen prohibido por ley aceptar pagos de los sellos discográficos a cambio de programar las canciones de sus artistas, a menos de que hagan pública esta relación.
Pero en una práctica que es común en la industria, promotores independientes le pagan a las radios comisiones anuales que llegan hasta los 100.000 dólares, según ellos para recibir la lista adelantada de la programación, y no para influir en ella.
Luego, explica el periódico, estos promotores le cobran a los sellos por cada canción de sus artistas que es tocada en la estación de radio.
Se estima que los sellos pagan varios millones de dólares al año a estos promotores.
Según explica "The New York Times", la influencia de estos promotores era mucho más fuerte en las décadas de los 80 y 90, pero comenzó a decaer a fines de la década pasada debido a nuevas leyes que facilitaron la consolidación de las estaciones de radio.
En un principio esto hizo las nuevas cadenas radiales tuvieran más poder, exigieran más dinero, y designaran ellas mismas sus propios promotores exclusivos.
Pero en medio de nuevas regulaciones y un mayor escrutinio de las autoridades, muchas compañías de radio han decidido desistir de esta práctica, al tiempo que los sellos discográficos, afectados por la baja de ingresos fruto de la piratería, han reducido sus presupuestos para el pago a estos promotores.