"Cada año deberíamos tener una Tosca"
La ópera de Giacomo Puccini pone fin a la Temporada Lírica a partir del 28 de octubre.
Susana Ponce de León G. 24/10/2004
Maximiano Valdés cierra la Temporada Lírica 2004 del Teatro Municipal debutando en "Tosca", quinta ópera de Giacomo Puccini y favorita del público de todos los tiempos.
El director titular de la Orquesta Filarmónica estima que títulos como éste deberían presentarse todos los años, como se hace en los teatros del mundo:
"Primero, porque una orquesta no puede no tocar Puccini. Y a mi juicio habría público suficiente para volver a oír una ‘Tosca’ o una ‘Bohème’ hecha en diferentes circunstancias y con distintos cantantes. Las orquestas deben acumular repertorio porque sólo una vez que uno sabe dónde están y cuáles son las notas, puede empezar a trabajar en el sonido, a caracterizar y otorgarle un sentido interpretativo. Por consiguiente, retomar óperas y acumular repertorio permite interpretar una obra y darle un carácter que imprima el trabajo de la orquesta. En segundo lugar, porque ‘Tosca’ es una obra muy bien escrita y los músicos, más que prepararla, quieren tocarla. Prefieren no entrar en el detalle para no perder la frescura. Estas obras hay que ensayarlas poco y tocarlas mucho para que se mantengan siempre frescas".
-Según el famoso musicólogo Rodolfo Celletti, en "Tosca" culminan Verdi y el bel canto. Para otros, aquí Puccini estaría más cerca de Wagner, por su sinfonismo, el uso del leit motiv...
"Es cierto que en su trabajo compositivo, Puccini estuvo en contacto con partituras del repertorio alemán y probablemente con obras de Wagner. Pero la definición musical de los personajes, que en Wagner es abundante y acabada, aquí está esbozada de manera más liviana. A mi juicio, ésta es una ópera más lírica y yo la dirijo en términos más de lirismo que de gran dramatismo. La gran belleza de sus melodías es que en ellas hay una gran movilidad, una gran elasticidad. No son profundamente trágicas. Claro que hay momentos muy duros, como en el segundo acto, donde Puccini usa un elemento musical que nos lleva al hecho mismo de la tortura. Pero se debe a que es una obra más que nada de narrativa, de descripción musical. Para mí, es una ópera que sigue muy de cerca lo que era el bel canto. Todos los cantantes quieren hacer Puccini, porque queda cómodo a la voz, a pesar de los agudos. Es una música eminentemente italiana, que recuerda a las canciones napolitanas de finales del siglo XIX. O sea, básicamente estoy de acuerdo con Celletti".
-¿Qué persigue usted?
"Mi intención es lograr una obra fluida, lírica, donde la belleza de la melodía y, sobre todo, la belleza del cantar, ya sea en la orquesta -que está generalmente a cargo de los violines- o en el escenario, sea claramente definida y al mismo tiempo dé la caracterización de los personajes. Estoy lejos -y ojalá así resulte- de hacer lo que se llama un ladrillo".
-¿Qué rol tiene la orquesta en esta ópera?
"La orquesta tiene un papel descriptivo fundamental, más allá, incluso, de las voces. La partitura evoca música de personajes que no están presentes, como cuando aparece el abanico de la marquesa de Attavanti y se oye su tema. Éste vuelve a escucharse cuando Scarpia dice a Floria Tosca que la marquesa no estaba con Cavaradossi y, por lo tanto, el pintor no la estaba traicionando. En ese caso hay un hábil juego sicológico que Puccini utiliza a la italiana: con liviandad, elegancia y sin ahondar en graves problemas sicológicos. Considero que éstas son pasiones inmediatas que se consuman en horas, no en vidas; celos violentos que explotan y se cierran. Y creo que termina en la muerte, porque son sentimientos tremendamente fuertes. Scarpia resume esto muy bien cuando dice que los profundos amores y las profundas miserias son equivalentes. La frase refleja un poco su filosofía, pero también la trama. Este profundo amor, lírico y, sobre todo, joven, entre Tosca y Cavaradossi, y el vicio de este hombre que la desea, pero al mismo tiempo es quizás impotente para tenerla y entonces la utiliza sólo en términos de poder y de tortura".
-Qué aporta Puccini a la ópera con "Tosca"? Se enfatiza la relación palabra-música.
"Es sabido que Richard Strauss tenía una actitud muy violenta hacia Puccini, creo que porque reconocía su talento y no podía entender su superficialidad. Lo acusó siempre de ser un melodista y un sentimental. Hay algo de sentimental en la música de Puccini, no mucho, pero lo suficiente como para que sus óperas sean probablemente las más populares del mundo. Porque la gente se identifica con este sentimentalismo, y yo el primero. Sobre todo cuando pienso en ‘Bohème’, especialmente en su último acto. Y también en esta música".
"La relación palabra-melodía de Puccini me recuerda mucho a la de Mozart. Es sabido que en el bel canto y en Verdi, esta relación no era tan cercana. En ‘Tosca’, Puccini no utiliza números cerrados ni las arias son independientes del texto. Aquí la palabra fue traducida en música. Lo que se llama verismo, en el fondo, es una relación absolutamente directa, donde los sentimientos están a flor de piel y la música los refleja en todo sentido. Para eso hay que tener mucho talento, capacidad y gran inventiva. Puccini no es sólo un compositor de grandes melodías, sino también un gran compositor teatral".
"Creo que la fluidez melódica y la unidad palabra-música hacen que estas obras sean tan accesibles y populares. Y hay otro elemento muy importante, lo que llamo una consistencia sonora, una fluidez del sonido orquestal. Pero es un sonido más bien lleno y sensual".
-¿Cuál es su tema preferido?
"Para mí el momento más emocionante es ‘E lucevan le stele’, porque primero lo toca la orquesta, luego entra el solo de clarinete, que es muy evocativo, y porque viví en Italia muchos años. El pastor es un niño romano antiguo que canta en romanacho, un dialecto muy simpático, muy cantarín, y que me recuerda mis años de conservatorio. Además, ese tipo de armonías, que son típicamente del canto romano antiguo, está un poco evocado en esta aria en el canto del clarinete. Diría que es música más del sur de Italia y, por consiguiente, extremadamente nostálgica y dolorosa. Me parece el momento más inspirado".
-¿La trama es tan simple como el enfrentamiento entre la pasión y el poder?
"Ése es un aspecto, pero más que eso hay un estudio psicológico de Scarpia, que es un personaje que trasciende los tiempos. El abuso del poder y el placer macabro que da el manejar la tortura ha estado siempre en la historia... Ese horror es un elemento permanente. Scarpia es el personaje más curioso y rico en facetas, mucho más que los otros dos. Tosca es una mujer enamorada, de una gran pasión, muy simple, que se refiere mucho a las flores que le da a la virgen. Y el ‘Vissi d’arte’ son melodías muy bien construidas, pero con un texto muy banal. Lo mismo sucede con ‘E lucevan le stelle’. En cambio, Scarpia es un personaje demoníaco, realmente, es el motor y centro de la obra".
FUNCIONES
LAS DE ABONO internacional serán los días 28 y 30 de octubre y 2 y 4 de noviembre. Las con elenco nacional están programadas para el 29 de octubre y 1, 3 y 5 de noviembre. Estas últimas presentaciones serán dirigidas por José Luis Domínguez.