NUEVA YORK.- Eminem, el rapero famoso por sus escándalos y pesadilla de los estadounidenses "de bien", lo ha hecho de nuevo: en su cuarto álbum, Encore, vuelve a ser muy crítico, y esta vez les toca el turno sobre todo al presidente George W. Bush y a Michael Jackson.
Todo ello con muchas obscenidades, violencia, humor duro y repulsión. Lo nuevo en cambio son dos cosas: la presencia de mensajes políticos sentidos y un aspecto suave del hasta ahora desconocido padre Eminem, que tiene dos niñas a su cargo.
Con Encore, el artista de 32 años alcanza una nueva madurez. Luego de la elaboración egocéntrica de los problemas de niñez y las peleas privadas con su ex mujer Kim o la estrella adolescente Britney Spears, esta vez hay temas de rap político. Eminem se ha descubierto a sí mismo como arma y se dispara contra el único adversario que considera a su altura, el hombre más poderoso del mundo: Bush. Al fin y al cabo, Eminem ha vendido más o menos tantos discos como votos obtuvo el mandatario para ser reelegido: unos 50 millones.
"Denle al presidente una AK-47. Déjenlo librar su propia guerra e impresionar así a papi", dice la canción "Mosh", que añade: "¿Cómo pudimos llevar al poder a ese monstruo, a ese cobarde?". Eminem dio a conocer la canción una semana antes de las elecciones presidenciales en Estados Unidos como contribución a la campaña.
El principal descubrimiento es sin embargo la vida familiar del rapero. Luego de la separación de Kim, el artista, cuyo nombre original es Marshall Mathers, tiene la custodia compartida de su hija Hailie Jade, que pronto cumplirá nueve años, así como la custodia completa de su sobrina Alaina, de ocho años.
Además, vive con el rapero su medio hermano de 18 años Nate, que estuvo en un asilo desde los 9 años.
"Intento darle a los niños lo que yo no tuve: amor y bienestar", dijo Eminem hace poco a la revista "Rolling Stone" en una de las pocas entrevistas que da.
Como un padre normal, el músico -calificado por los conservadores como una criatura del infierno- va a las funciones escolares y a los paseos. "Hace poco leí dos libros frente a la clase. Los maestros dicen: ‘Cuando viene el padre de Hailie, entonces es sólo el padre de Hailie, el señor Mathers’".
A Hailie está dedicada "Mockingbird", un tema sorprendentemente sentimental y delicado en el que Eminem le expresa su amor e intenta explicar la relación con su madre, llena de dolor y peleas. "Es hasta ahora mi canción más emocional", afirma.
"Es como hacer malabares, hacer malabares con la vida del rapero y la paternidad", lo define el propio músico.
Musicalmente ha habido cambios. Permanecen el género del rap, las repeticiones y el ritmo, pero el sonido es pese a ello más completo y variado, como si la clasificación Eminem se le hubiese quedado demasiado estrecha. "Yo soy una tendencia, siempre impongo una nueva", dice confiado en una de sus letras.