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Ciclo Grandes Pianistas 10/11/2004

15 de Noviembre de 2004 | 13:21 |
Ciclo Grandes Pianistas

Gilberto Ponce 10/11/2004

De sólo 31 años es esta pianista argentina que se presentó en el marco del Ciclo Grandes Pianistas del Teatro Municipal. Al finalizar el recital se queda con sensaciones encontradas, pues posee una gran técnica, donde predomina una fuerza que en momentos se le escapa de control golpeando innecesariamente el instrumento.

Maneja estupendamente los contrastes dinámicos, aunque en ocasiones éstos parecen mecánicos y no como producto de un concepto interpretativo. En otros momentos su interpretación se llena de sutilezas evocadoras, que pueden desaparecer en medio de aceleraciones más efectistas que musicales. Esta característica es la que ensucia muchos momentos de su recital impidiendo que se llegue a una interpretación unitaria.

Sin embargo, estas mismas características son las que producen gran efecto en el público que se ve fuertemente impresionado por esos arrebatos de pasión, que sin duda son esperables en las interpretaciones en las obras de Chopin, pero también en el llamado "poeta del piano", la poesía y las sutilezas son de gran importancia.

El Nocturno Opus 9, Nº 3 con que inició su presentación fue vertido con una transparencia sutil extraordinaria, sus dos secciones contrastantes se vieron realzadas con diferencias dinámicas que le imprimió, ganando merecidamente la ovación del público.

El Scherzo en Si bemol Opus 31 mostró más golpes que fuerza, además tocado a una velocidad realmente peligrosa, que ensució ciertos pasajes.

Las dos Mazurcas Opus 33 Nº 4 y Opus 59 Nº 3 tuvieron momentos memorables, que no llegaron a ser opacados con la velocidad impresa en la segunda sección de la primera de ellas.

La Fantasía Impromtu en Do sostenido menor Opus 66, transitó por caminos más seguros, graduando con maestría los fortes y pianos, destacando además el espíritu de melancolía y pasión que la impregna.

Consideramos que el Scherzo en Mi mayor Opus 54 tuvo una interpretación errática sin unidad.

De la selección de Valses diremos que si bien en general sonaron bastante parejos, los más sentimentales y lentos gozaron de una hermosa versión.

Ante los aplausos Ingrid Fliter ofreció el Andante spianato y Gran Polonesa Opus 22, obra de gran peso y dificultad, donde la solista demostró sus mejores cualidades en lo técnico e interpretativo.

Sin duda está en camino de llegar a ser una gran intérprete. Creemos que su pasión, aún juvenil le juega en contra, pues confunde ciertos conceptos en la interpretación, tal vez en busca de una espectacularidad que consideramos innecesaria para su talento.