El grupo experimental de mayor impacto en esta década vuelve después de cinco meses en Europa y Brasil.
Lectra Celdrej (Jeldres), Estratos Akrias (Arias), Tanderal Anfurness (García-Huidobro), Edén Ocsarrak (Carrasco) y Bolshek Tradib (Bidart).
Íñigo Díaz
Las cifras los avalan: 46 actuaciones en 24 ciudades. Akinetón Retard recorrió por tierra 20 mil kilómetros en los cinco meses que duró su gira europea y ofreció un concierto cada 2,7 días.
Eso es ya es pasado, pero ciertamente la mejor parte de la historia de este grupo con nombre de fármaco, la banda experimental más importante de los últimos diez años. Dentro de este submudo musical tan específico, nadie hizo mejor las cosas que Akinetón Retard. Nadie tocó más, nadie grabó más discos y nadie llevó los principios de la autogestión a un nivel de efectividad profesional comparable a cualquier artista bajo el alero de una multinacional.
La hora del reencuentro del quinteto con el público chileno tendrá sus coordenadas este martes en el Goethe Institut (Esmeralda 650, 21:00, $2.500).
No sólo habrá un espectáculo de avanzada con el repaso de la música que puso en jaque a los europeos más ultras, sino además un documental con los pormenores de este viaje y sus presentaciones en festivales de free jazz y música experimental. Un regreso con alfombra roja.
Música porno
"Los europeos nos presentaban en sus anuncios con una serie de motes sorprendentes:
latino jazz underground,
orchestraler jazz o
urban strong jazz", recuerda Vicente García-Huidobro, guitarrista y hombre-ancla de la banda. Su compañero, el saxofonista tenor y soprano Leonardo Arias, agrega: "De todas ésas, la mejor fue una crítica que decía de nosotros
Frank Zappa versus Godzilla styles, but more jazzy and cool".
Quién lo diría: de los primeros ensayos como trío algo extraviado en una parcela de Nos, en 1994, al estruendoso final de diez minutos ininterrumpidos de aplausos en el Freakshow Festival de la alemana Wurzburg, donde compartieron escenario con los belgas de Univers Zero. "Akinetón Retard sigue siendo una vedette", dice García-Huidobro, refiriéndose a la comparación que alguna vez se le hizo a la banda con una voluptuosa mujer emplumada de gran magnetismo, popularidad y glamour.
Pero es claro que de pronto esa exhuberancia desborda los límites. Sus últimos
shows antes de partir de gira bordeaban las dos horas, con improvisación colectiva por momentos totalmente libre y a gran altura. El lenguaje exploratorio puede llegar a ser demasiado agresivo. Por eso, los músicos de la banda se tomaron tan en serio la recomendación del manager del famoso
coffee shop holandés The Bulldog Palace. "Gracias a él llegamos a una nueva línea musical. En ese
fumódromo tocamos música ambiental tipo película porno. Nos quieren editar un disco de esa onda en Amsterdam, que se llamará
The Bulldog Sessions", dice García-Huidobro.
Sería el quinto álbum de la banda, después de "Akinetón Retard" (1999), "Akranania" (2002) y "21 canapés" (2004), editados en Chile, Brasil e Italia. Ya viene en camino "Akinetón ao vivo", que será lanzado el 21 de enero. La coronación de una temporada redonda para un quinteto ávido de experimentos que en 2004 se paró por encima del globo terráqueo.
