Desilusionante actuación del guitarrista de King Crimson
Nicole van Baal F. 14/12/2004
Cerca de diez mil personas asistieron al esperado debut en Chile del concierto "G3," concepto creado por Joe Satriani en 1996, que en esta ocasión reunió a los guitarristas Steve Vai, Robert Fripp y, por supuesto, al ya nombrado
Satch Satriani. La gracia de este recital es unir a tres virtuosos intérpretes de la guitarra eléctrica, quienes, además de realizar una presentación personal cada uno, posteriormente interactúan entre sí, de ahí el nombre de "G3" o "Guitar 3". La cita prometía mucho, pero, si bien el show tuvo un altísimo nivel en general, poco de G3 hubo la noche del domingo en el Velódromo del Estadio Nacional, pues la presencia de Robert Fripp no se notó. El legendario guitarrista de la banda inglesa de rock progresivo King Crimson abrió el show a las 20.00 horas exactamente, sentado en un rincón del escenario, el que abandonó sólo al finalizar los 25 minutos que duró su bastante monótona intervención. El músico realizó lo que se denomina como
"soundscape", una creación de sonidos que se van mezclando entre sí para formar distintas capas que generan una sonoridad bastante minimalista. Esta propuesta experimental no dejó muy satisfecho al público que esperaba ver un despliegue de virtuosismo e incluso se escucharon algunas rechiflas.
El clima de desazón que dejó la actuación de Fripp se acabó rápidamente cuando irrumpió en escena Steve Vai, quien cambió los ánimos radicalmente subiendo los decibeles y aumentando la velocidad. Vai, quien ya había visitado Chile en otras dos ocasiones, se presentó esta vez junto al destacado guitarrista y tecladista Tony Macalpine y el conocido bajista Billy Sheehan (Mr. Big, David Lee Roth, etc.), además de otros dos músicos, con quienes realizó un espectáculo a gran altura, pese a que hubo algunos problemas de sonido. No obstante, los recursos desplegados y la intensidad de la entrega, lograron impresionar a los asistentes, quienes obviaron esos detalles y quedaron notoriamente complacidos con la presentación que incluyó temas como "Answers", "Whispering a Prayer" y el infaltable "For the Love of God".
Tras una breve pausa, Joe Satriani apareció ante una ovación que dio inicio a un espectáculo excelente, marcado principalmente por un sonido bastante superior en calidad y mucho más potente que sus dos predecesores. Acompañado por Jeff Campitelli (batería), Matt Bissonnette (bajo) y Galen Henson (guitarra), el maestro empezó con el entretenido "Hands in the Air", perteneciente a su último disco
Is there love in space?. El público quedó fascinado con "Satch Boogie", "Cool N°9", "Surfing with the Alien", "Up in Flames", "Gnaahh" y la conocidísima "Summer Song". Al igual que lo hizo Vai con "For the Love of God", Satch emocionó a sus seguidores con su intensa interpretación de "Always With Me, Always With You". Cuando llegó el turno del tema "Is there love in space?", Robert Fripp se sentó nuevamente en su silla, acompañando a Satriani en las últimos canciones de su presentación, antes del comienzo al esperado cierre a cargo del "G3" propiamente tal. Steve Vai se subió nuevamente al escenario y juntos tocaron temas de cada uno, empezando con la potente "Ice 9" del exitoso álbum
Surfing with the Alien (1987) de Satriani. Posteriormente vino el clásico tema de King Crimson "Red", donde por fin Fripp se hizo notar, tocando con gran maestría los solos de su canción, congraciándose finalmente con el público que ansiaba una participación más activa del guitarrista británico.
Luego de interpretar "The Murder", original de Vai, vino "Rockin’ in the Free World" de Neil Young, tema con el que habían finalizado cada uno de los conciertos de la gira de G3 que finalizaba en Chile. No sucedió lo mismo que en los otros países, Joe Satriani anunció un G4 e invitó al destacado guitarrista nacional Alejandro Silva para acompañarlos en la última canción de la noche, "Goin’ Down". El chileno se lució tocando con mucha prestancia y solidez junto a los tres afamados músicos. Con esto dio término a cerca de cuatro horas de actuación que dejaron satisfechos a los asistentes pero con la sensación generalizada de haber presenciado más un G2 que un G3.
