SANTIAGO.- El primer fonógrafo que sonó en Chile lo hizo en Valparaíso, en 1892. Libertad Lamarque sobrevivió a un intento de suicidio en Santiago, luego de lanzarse ventana abajo desde el hotel Carrera. Y Agustín Lara debió cantar gratis en Viña del Mar a modo de canje, luego de que en una de sus visitas perdiera todo en el Casino, incluso el dinero para pagar su hotel.
Son anécdotas que aligeran la lectura de
Historia social de la música popular en Chile, 1890-1950, acaso la más exhaustiva investigación emprendida hasta ahora en el país en torno a las canciones, intérpretes y vocalistas que animaron la celebración y el romance del público masivo a partir de fines del siglo XIX y hasta mediados del siglo XX. El musicólogo Juan Pablo González y el historiador Claudio Rolle son los autores de esta investigación que ya obtuvo el premio de Musicología Casa de las Américas 2003 y que fue presentado esta mañana en el Centro de Extensión de la Universidad Católica, institución que ampara el trabajo de ambos investigadores.
La historiadora Isabel Cruz destacó el libro como el fruto de un inusual "encuentro entre música e historia" y recorrió uno a uno los muy diversos géneros de los que se hace cargo el texto para elogiar el modo "decisivo" en que la dupla de autores "observa el pasado cultural chileno, y lo recupera".
Para Eduardo Carrasco, filósofo y ex líder de Quilapayún, el trabajo de González y Rolle viene a reivindicar un fenómeno popular que usualmente la historia tradicional "ha dejado de lado":
—[Los autores] minuciosamente se han dado a la tarea de recordar lo que muchos antes se habían esforzado, también minuciosamente, en olvidar.
Historia social de la música popular en Chile, 1890-1950 aborda fenómenos tales como el desarrollo de la fonografía y la radio en nuestro país, la relación entre la música y el cine, y una detención especial en géneros rara vez documentados, como la revista musical, la zarzuela o el cuplé. Según Juan Pablo González, "escribir sobre música urbana chilena es escribir también sobre otros diez países extranjeros", aludiendo con esto al carácter esencialmente híbrido que ha tenido desde siempre la música popular en Chile, un país en el cual las radios no tocaron más del 10 por ciento de grabaciones locales durante todo el 2004.
El texto se vende acompañado por un CD con grabaciones recuperadas de parte de esa época, editadas por primera vez con su sonido remasterizado. Hace unos meses, el mismo material se había puesto a la venta bajo el título
Historia sonora de la música popular chilena, incluyendo registros de Los Cuatro Huasos, Los Quincheros, Los Hermanos Campos, el Quinteto Swing Hot de Chile, Chito Faró, José Bohr, Ester Soré y la orquesta de Porfirio Díaz, entre otros 23 nombres.
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