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Autor israelí Ephraim Kishon falleció hoy en Suiza

A los 80 años, el autor de más de 50 libros que fueron traducidos a 37 idiomas dejó de existir producto de un ataque cardíaco.

29 de Enero de 2005 | 22:58 | DPA
TEL AVIV.- El autor israelí Ephraim Kishon murió hoy a los 80 años en Suiza por un ataque cardíaco, informaron medios de prensa israelíes.

Kishon era considerado uno de los autores satíricos más exitosos de la actualidad.

El autor había nacido el 23 de agosto de 1924 en Budapest como Ferenc Hoffmann. Escribió más de 50 libros que fueron traducidos a 37 idiomas. En todo el mundo se editaron 43 millones de ejemplares de sus obras, de ellos 32 millones en alemán. Sus "Historias familiares" son consideradas el libro hebreo más vendido del mundo después de la Biblia.

El cuerpo de Kishon será trasladado este domingo a Israel, según medios de prensa. Está previsto que el entierro sea en Tel Aviv.

Con su relato "Blaumilchkanal", Kishon logró en los años 50 hacerse conocido en Israel, su país por elección. Desde entonces se dedicó a hacer reír a infinidad de lectores en todo el mundo. Aunque siempre se lo consideró fundamentalmente conservador, en sus obras se burló de varias debilidades humanas como la hipocresía, y de la institución del matrimonio.

El escritor prefería trabajar en la soledad de su segundo hogar, en la aldea suiza de Appenzell. Escribió obras de teatro y filmó varias películas. Su éxito lo alcanzó él solo de forma misteriosa, según afirmaba no sin coquetería. "Creo que le caigo bien a alguien ahí arriba", señalaba. "Sino, nunca hubiera vivido este día".

En verdad no sólo fue necesario un milagro sino toda una cadena de milagros para que el joven judío húngaro pudiera sobrevivir el Holocausto. Por ejemplo, lo ayudó su capacidad para el ajedrez, ya que era el juego favorito de un comandante en un campo de trabajo forzado. En cambio, gran parte de su familia murió en las cámaras de gas del campo de concentración de Auschwitz.

En mayo de 1949, el joven Ferenc Hoffmann logró escapar de los campos de concentración nazi y los campos de trabajo soviéticos y escapó en un barco hacia Israel.

Poco antes se había agregado el apellido Kishont, pero al llegar al puerto de Haifa, el funcionario de migración lo anotó como Kishon y reemplazó el nombre Ferenc por Ephraim. "No existe" Ferenc, había sido la lacónica respuesta del empleado.

Kishon consideraba una ironía de la historia el haber sido tan querido en Alemania e intentó profundizar la reconciliación nacional a través de su humor. No existe una culpa colectiva, sino una vergüenza colectiva, aseguraba.
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