MÉXICO.- El cantante estadounidense Lenny Kravitz se arrodilló anoche en el Palacio de los Deportes de la Ciudad de México, en agradecimiento al público de esta ciudad, que lo recibió con verdadero fervor y entusiasmo en su segunda visita a este país.
Como respuesta a este acto de humildad, unas 18.000 personas gritaron y corearon al unísono el nombre del artista (¡Lenny!, ¡Lenny!, ¡Lenny!), lo que emocionó al cantante, quien se paseó una y otra vez a lo largo y ancho del escenario para dejarse querer.
Vestido de negro, incluidas sus gafas, y respaldado por un equipo inmenso de luces y sonido pocas veces visto en un escenario mexicano, Kravitz, que promociona en la gira su disco "Baptism", apareció con los brazos en alto ante la multitud enloquecida por su presencia.
Así comenzó lo que sería un memorable concierto, igual que el que ofreció en 2002 en el Estadio Azteca.
Durante casi dos horas, el artista neoyorquino presentó melodías de gran éxito en su trayectoria, así como temas nuevos incluidos en su más reciente material discográfico.
Los primeros números del espectáculo correspondieron a las canciones "Minister of rock and roll", "Live" y "Let love rule", que inmediatamente hicieron vibrar el domo de cobre.
Antes de retirarse del escenario con un "hasta luego" definitivo, el artista fue "obligado" a regresar en tres ocasiones ante la gran multitud, para interpretar éxitos como "Again" y "Are you gonna go my way".
Antes del tema final de la noche, Kravtiz asistió a una sesión de autógrafos con aficionados en la que estampó su firma en unos trescientos discos en el lapso de una hora.
