Gilberto Ponce
En una interesante iniciativa del Instituto de Música de la Pontificia Universidad Católica de Chile, se dio inicio al "II Encuentro de Música Sacra", que congrega a conjuntos vocales de Santiago y Valparaíso.
En la acústica un tanto reverberante del Templo Mayor del Campus Oriente, tuvimos oportunidad de escuchar al Coro de Cámara de la Universidad Católica que dirige Mauricio Cortés, uno de los más destacados directores de nuestro país, en obras de Anton Bruckner y Franz Schubert. Junto a ellos se presentó la Orquesta de Cámara UC dirigida por Jaime Donoso, y también participó un grupo de solistas.
Bruckner es un compositor religioso por antonomasia. Su profunda fe quedó plasmada en su serie de misas y motetes de enorme exigencia vocal, razón que justificaba las expectativas por los cinco motetes que cantarían.
En el aspecto general pensamos que el enfoque de Cortés es más bien clásico que post romántico, faltándole la fuerza y el peso que su autor requiere.
Lo anterior le lleva a interpretaciones de extremo cuidado, fraseos inteligentes, bello sonido y afinación con una dinámica a veces demasiado cuidadosa que suaviza los "fortes" impidiendo una mayor expresión.
Lo anterior se vio reflejado en los motetes "Locus Iste", "Ave Maria" y "Virga Jesse" donde hubiésemos esperado un mejor manejo de las pausas y los juegos dinámicos, independiente de la musicalidad de su interpretación.
Algo diferente ocurrió con "Tota Pulchra Es" para tenor, órgano y coro, donde a la manera de responsorio se alternan solista con el coro, logrando una excelente fusión expresiva entre el coro y Francisco Mañalich, joven solista de buen fraseo y afinación, con una voz interesante y con intuición interpretativa. Mario Lobos en órgano cumplió con solvencia su labor como sustento armónico.
"Ecce Sacerdos" anunciado como estreno en Chile, agrega un trío de trombones a las voces, en una obra que recuerda los motetes venecianos, resultó de gran interés y tuvo por parte de sus intérpretes una hermosa versión. La verdadera antifonía de los trombones (Kevin Roberts, Marcelo Véliz, e Ibar Cortés) se complementó perfectamente a las voces para lograr un gran éxito de interpretación. Debemos dejar constancia que las exigencias de tesitura tanto para sopranos como para bajos fueron salvadas con bastante dignidad y afinación casi perfectas.
Las cuerdas de la Orquesta de Cámara UC iniciaron la segunda parte. Ahora con Jaime Donoso como director, los jóvenes intérpretes realizaron un gran trabajo en su interpretación del juvenil Andante de la Sinfonía para Cuerdas Nº 12 de Felix Mendelssohn.
La Misa en Do mayor Op.48 de Franz Schubert es una bella y luminosa obra escrita a los 19 años, para orquesta clásica, cuarteto de solistas y coro. La extraordinaria manera de trabajar las voces de Schubert, queda en evidencia en esta obra, donde los solistas, sin roles protagónicos dialogan permanentemente con el coro.
Afiatado y solvente, con excelente afinación y sentido del fraseo fue el desempeño de este cuarteto (Catalina Bertucci, soprano; Pilar Díaz, contralto; Francisco Mañalich, tenor; y Pablo Carrasco, bajo). Recordamos especialmente su "Et incarnatus". En el coro recordamos como grandes momentos el "Gloria", "Et resurrexit" y el "Agnus Dei".
La juvenil orquesta respondió con musicalidad a las indicaciones del director Jaime Donoso, quien asumió la responsabilidad final en el éxito de esta misa con que concluyó este primer concierto en el Campus Oriente.
