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Un show intenso de principio a fin 2/4/2005

02 de Abril de 2005 | 18:00 |
Nicole van Baal

Con una puntualidad digna de aplauso, los acordes iniciales de "Taste In Men" desataron el delirio de los seguidores de Placebo en una repleta Estación Mapocho. Además del mencionado, los restantes 18 temas que conforman su compilado de singles Once More With Feeling se fueron sucediendo en un enérgico desfile sonoro, eso sí integrado en su mayoría por las versiones originales que aparecen en sus cuatro álbumes de estudio, es decir, con duraciones extendidas.

Brian Molko (guitarra y voz), Stefan Olsdal (bajo) y Steve Hewitt (batería), junto a dos músicos de apoyo, ofrecieron un concierto que en todo momento fue intenso gracias a la pasión y la energía con que se prodigaron en el escenario. Tanto por su actitud como por precisas alocuciones de Molko y Olsdal -alternando español e inglés- se pudo percibir que la banda estaba sinceramente impresionada con la devoción del público chileno, aproximadamente 9 mil personas que nunca dejaron de corear sus temas.

Fervor y entrega se transformaban en genuina comunión, sobre todo en momentos como cuando la banda brindó un nuevo arreglo, a un tempo más lento y conmovedor de la canción "36 Degrees", perteneciente al primer álbum del conjunto. En la ocasión el líder de la banda hizo gala de su particular timbre de voz realizando una muy sentida interpretación.

El encadenamiento de éxitos de la magnitud de "Every You Every Me", "Pure Morning", "English Summer Rain", "Without You I’m Nothing" y "This Picture" hicieron imposible que bajaran las revoluciones de la concurrencia. En este último tema, uno de los fanáticos logró subirse al escenario, esquivando a todos los encargados de seguridad. Tras abrazar al bajista Stefan Olsdal, el intrépido joven fue retirado del lugar, siendo ovacionado por el público que celebró su osada acción.

Finalmente, luego de una pausa, Placebo volvió al escenario para entregar otras tres arrolladoras interpretaciones, entre los que destacaron una maravillosa rendición de su más reciente éxito, "Twenty Years" y un final a todo rock con su clásico hit "Nancy Boy".

Un recital al que hubiera sido de toda justicia calificar de perfecto, a no ser por la elección del recinto. Su endemoniada acústica no se rindió al impresionante arsenal tecnológico de los sonidistas de la banda en los temas que requerían más decibeles y el espacio destinado al público se hizo estrecho.
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