SANTA MARIA, California.- La defensa de Michael Jackson en el juicio por el presunto abuso sexual de un menor llamó hoy a la madre de un joven que entabló una amistad con el artista para que testificara que el rancho Neverland de éste es un paraíso de diversión inocente.
La declaración de Joy Robson se produjo en el segundo día de presentación de evidencia ante el jurado reunido en el tribunal de Santa Maria (California) por parte de los defensores, quienes se abocan actualmente a refutar los cargos centrales, referidos al presunto abuso de menores.
La fiscalía afirmó que el hijo de la testigo, Wade Robson, fue uno de los niños abusados por Jackson a principios de los 90, aunque el hoy veinteañero coreógrafo subió ayer al estrado y aseguró que nada impropio ocurrió entre él y el cantante, tampoco en las numerosas ocasiones en las que durmió en la misma cama con el excéntrico artista.
Su madre corroboró esta declaración hoy, diciendo que ella "nunca" había visto que hubiera contacto sexual alguno entre Jackson y su hijo.
La mujer describió al músico como "un buen amigo, casi un familiar" y dijo que Neverland es "el lugar más feliz del mundo (...) muy sereno, muy pacífico, muy hermoso, inspirador".
"Cuando uno está en Neverland se olvida de sus problemas", aseguró.
Al mismo tiempo rechazó las sugerencias del fiscal Tom Sneddon de que ella cultivó la amistad entre su hijo y el cantante para promover su propia carrera.
"Usted intenta hacerme decir que ésa era la base de nuestra amistad, y eso no es verdad", sentenció la testigo.
Jackson, de 46 años, es acusado de haber abusado de un adolescente de entonces 13 años en su rancho Neverland en febrero y marzo de 2003, y haberles ofrecido alcohol al menor y a su hermano. También está imputado de conspirar para retener al acusador y su familia contra su voluntad hasta que grabaran un video elogioso para contrarrestar los efectos de la mala prensa del artista.
Jackson rechaza todos los cargos y afirma que la demanda fue presentada en un intento por obtener dinero de él. De ser hallado culpable podría ser condenado a un máximo de 20 años de cárcel.