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Jugando de visita 22/4/2005

22 de Mayo de 2005 | 00:00 |
Lafloripondio ya es una banda de culto: el grupo más rockero del rock chileno, con el mejor show en vivo y un frontman de lujo. Un cumpleaños de mono que acaba de volver a presentar Paria, su nuevo disco. Acá El Macha cuenta por qué pasan más tiempo tocando en Alemania que en Chile.

David Ponce

Empieza una semana en Santiago de Chile y a primera hora del lunes Aldo Asenjo presenta un estado crítico. Resfriado, nariz tapada, garganta acatarrada y, peor, agenda sobrecargada. En los próximo días tendrá que subir a buses interprovinciales y furgones de transporte escolar junto a su banda para viajar desde Santiago a armar una fiesta a una disco de Valdivia, a una carpa en Osorno a la una de la mañana del día siguiente, desde ahí a un bar en Puerto Montt a las cinco y, a las seis de la mañana, volver a actuar a Santiago al otro día.

Aldo Asenjo, alias Macha, es el cantante y líder de Lafloripondio, el grupo que por lejos más viaja en el rock chileno actual. Pero el trayecto Santiago-Osorno-Santiago es un mero viaje a la playa, al lado de las giras que Lafloripondio y el grupo de cumbias del Macha, Chico Trujillo, han hecho desde 1998 en Austria, Holanda, Francia y, sobre todo, Alemania.

Lafloripondio ya es una banda experta en la autobahn. Y sigue siendo experta en la carretera. Una semana después de ese lunes enfermo, Macha está más repuesto. Ha pasado una semana entera tocando, pero ahora viene llegando de un domingo en su natal Villa Alemana. "Ayer, después de todo esto, en la noche, me fui a la casa de un amigo que tiene muchos vinilos, y escuchamos a Los Jaivas, a Los Vidrios Quebrados, a Aguaturbia. Es gente que ama la música. Y uno también tiene historias que contar", dice. Cada vez que vuelve a Chile, Macha llega desde Alemania a Villa Alemana a completar el recorrido. "Es bonito, porque es como un resumen. En el centro de Villa Alemana la calle principal se llama Valparaíso. Y las que siguen se llaman Santiago, Buenos Aires, Berlín, Roma, Viena. Es como dice Jodorowsky, que las cosas no pasan por casualidad. Que seamos de Villa Alemana y hayamos llegado a Alemania, y que algunos miembros de la banda hayan vivido en la calle Berlín... Cada vez me doy cuenta de que las cosas están relacionadas".

Con nombres como los del baterista Fritz Demuth y el percusionista Juan Gronemeyer en el grupo, el gen alemán figura hasta en el pasaporte. "Cuando Fritz llega a Austria se junta con sus tíos, y cuando va a Frankfurt se junta con los otros", cuenta. Pero al mismo tiempo Gronemeyer toca entre sus tambores un balón de gas: percusión más chilena no hay. "Y Fritz habla alemán", agrega el cantante. "Como Tarzán, pero habla".

No es casualidad que el disco nuevo de Lafloripondio se llame Paria. Por primera vez en sus trece años de carrera un disco del grupo fue grabado entre Santiago y Berlín. "Los temas más característicos del grupo han salido en los viajes. ‘Bailando como mono’, ‘Fuman bueno’, las hicimos en Alemania. ‘Dime qué pasa’ la hicimos en un día. El mismo día en que llegamos por primera vez". Al revés de esas canciones, Paria es más quieto, con reggae y dub playero. Pero en vivo siempre será lo mismo: junto a Fiskales Ad Hok, son uno de los espectáculos más desenfrenados del rock en Chile.

Pocas veces un concierto de rock chileno es una fiesta. Lafloripondio es una de ellas. Por eso cada vez que el grupo toca en Europa los lugareños les ponen nombres raros como "wild style", "tambores brasileños" o "punk percusivo mariachi". Cuando tocan en Chile no hacen falta nombres: aquí la celebración del grupo demuestra que hace rato Lafloripondio es la banda más rockera del rock chileno.

"La energía aquí es incomparable. Y cada vez es más fuerte. Con el tiempo ya la gente está acostumbrada a que sea una fiesta, a bailar pogo, y eso se extraña en otras partes", dice. Tal vez si esto fuera Argentina, Lafloripondio sería como Los Redonditos de Ricota: una banda tan marginal como de masas. Eso, si Chile fuera un país más rockero. "Como no lo es no me lo pregunto. Es lo que es. A lo mejor si estuviéramos en Brasil o Argentina, tal vez, pero también allá hay más gente", dice Macha, que no se preocupa más de la cuenta. Ahora está usando sus últimos minutos de celular antes de partir al día siguiente de vuelta a Alemania, donde girará con Chico Trujillo hasta agosto, y luego con Lafloripondio hasta noviembre.

"Es así. En Chile no somos ni estamos ni cerca de ser tan populares, pero también sabemos por qué es. Hay gente que podría mirarlo como crítica, como ‘estos cabros que han estado todo este tiempo, deberían estar más arriba’. Pero pasa también porque hacemos una propuesta diferente a la de otros grupos. Porque si nosotros estamos cantando cosas como ‘Si es necesario matar al Presidente’, no vamos a llegar muy lejos en la radio. Somos una cosa que molesta".

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