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Universidades japonesas incorporan ramos de animación

Los cursos de dibujos animados compaginan la creatividad con clases muy serias de comercio con el fin de enseñar a los estudiantes la mejor manera de financiar y vender sus producciones.

26 de Mayo de 2005 | 08:13 | AFP
TOKIO.- Ahora que la "japonimación" se ha ganado el respeto a escala internacional gracias a directores como el oscarizado Hayao Miyazaki, Japón quiere convertirla en un verdadero producto de exportación masiva.

Varias universidades japonesas acaban de lanzar formaciones en materia de dibujos animados que compaginan la creatividad con clases muy serias de comercio con el fin de enseñar a los estudiantes la mejor manera de financiar y vender sus producciones.
A fines del año pasado, la Universidad de Tokio creó un departamento de "creación de contenidos numéricos" que propone mesas redondas con célebres directores de películas de animación que acuden a compartir sus conocimientos del oficio, tanto artísticos como financieros.

Uno de los participantes es Mamoru Oshii, director de "Ghost in the Shell" (1995), una obra de ciencia ficción que la crítica considera visionaria, donde la frontera entre robots y humanos desaparece un mundo futurista etéreo.

Otro profesor es Toshio Suzuki, uno de los dirigentes del Estudio Ghibli, la productora de las películas de Hayao Miyazaki ("La princesa Mononoke", "El viaje de Chihiro", "El castillo ambulante").

En la Universidad Nacional de Bellas Artes y Música de Tokio, un departamento de producción cinematográfica propone a sus estudiantes conferencias con Takeshi Kitano, apodado "Beat Takeshi", actor-director autodidacta cuyas películas con frecuencia sanguinolentas le han dado fama mundial (aunque en Japón las reacciones sean más frías).

Esta misma institución planea organizar una sección de "películas de animación" de aquí al 2007, un filón explotado también por empresas privadas.

"En todo el mundo, los dibujos animados son populares entre los niños y los adultos, pero en Japón no hay mucha gente capaz de llevar el trabajo de animación de su fase creativa a la gestión comercial", estima Mitsuteru Takahashi, jefe de equipo de la Wao Corporation encargado de la creación de una escuela de animación numérica que abrirá sus puertas en 2006.

Según una asociación profesional, de los 140.000 millones de dólares que representaban los contenidos de la industria japonesa del entretenimiento (animación, cine, edición y música) en 2003, la animación suponía 26.000 millones de dólares.

Se trata de una cifra impresionante pero alejada aún de los 50.000 millones ingresados por el mismo sector del mercado norteamericano.

Aunque la animación japonesa gana mercados en el extranjero, tiene que afrontar la competición creciente de otros países asiáticos como Corea del Sur y China, donde empresas japonesas han montado estudios.

El año pasado, el ministerio chino de Cultura inauguró una enseñanza universitaria que pretende dinamizar la industria nacional de la animación mediante intercambios con Japón.

Ahora que el "maestro" Miyazaki habla de retirarse, a los 64 años, cabe preguntarse si podrán engendrar una nueva ola de animadores en un sector que basa todo en el talento técnico, pero más aún en la creatividad personal.

De hecho, un arte como la animación sólo ha podido prosperar, al menos en el plano artístico, gracias a creadores independientes al margen de la maquinaria comercial.

"Se han creado los estudios correspondientes, es cierto, pero, ¿podrán plasmar los diplomados de estas escuelas sus conocimientos y su destreza en producciones creativas?", se pregunta Yoshiharu Shimamoto, especialista de la Asociación Japonesa de Suministradores de Contenidos Numéricos.

Para Atsuko Nomura, otro especialista, el peligro para la animación japonesa es la expatriación de sus talentos.

"Estados Unidos tiene Hollywood, donde las personas con diplomas de cine o televisión pueden hacer carreras brillantes. Si Japón no ofrece perspectivas similares, sus mejores estudiantes abandonarán el país", advierte.