El actor recién había filmado su tercera película cuando su porsche fue impactado por una camioneta, causándole la muerte. |
INDIANA, EE.UU.— Besos con lápiz labial rojo manchan la lápida de granito rosado de James Dean, testimonio del atractivo perdurable del hombre que, a 50 años de su muerte, sigue siendo el símbolo de la incomprendida juventud rebelde.
Eternamente apuesto, con ese aire resentido y de seductora despreocupación, Dean sigue atrayendo a los aficionados al cine.
Sus tres grandes películas, restauradas digitalmente, salieron al mercado el miércoles en un juego de DVD. Documentalistas de todo el mundo acuden a su pueblo natal para filmarlo.
A partir de mañana, se espera que lleguen hasta 100 mil personas —entre ellas, astros de cine como Martin Sheen y Dennis Hopper— en Marion, Indiana, su pueblo natal, para asistir a un festival de tres días que incluirá la proyección al aire libre de "Al este del paraíso", "Rebelde sin causa" y "Giant" en una pantalla gigante instalada en el aeropuerto.
Según el historiados del cine David Thompson, "la eterna seducción del campesino de Indiana deriva en parte de la era en la cual se produjo su carrera, tan breve como fulgurante".
Dean llegó a la pantalla cuando los adolescentes buscaban ídolos que rompieran con la ortodoxia y el conformismo de los años 50.
Dean para siempre
Dean nació en 1931 y, nueve años después, sufrió la muerte de su madre, a causa de un cáncer. Vivió con parientes en Fairmount hasta que terminó la secundaria en 1949, y se trasladó a Los Angeles, donde asistió a la Universidad de California antes de mudarse a Nueva York, donde pudo ingresar al prestigioso Actors Studio.
Hizo varios papeles en televisión y en Broadway antes de obtener su primer protagónico, en "Al este del paraíso".
A este filme siguió "Rebelde sin causa", y apenas terminaba la filmación de "Giant" cuando una camioneta chocó contra el Porsche Spyder de Dean cerca de Cholame, California, el 30 de septiembre de 1955. Su muerte fue instantánea.
"Su estilo, natural y dominado por la angustia, revelaba un enorme talento", dijo Thomson, quien agrega que, al morir a los 24 años, el actor jamás sufrió los estragos del tiempo y la gordura como sus coetáneos Marlon Brando y Elvis Presley.
"Dean está en lo mejor de su vida... para siempre. Era inmortal antes de que la mayoría de nosotros lo conociéramos y en ello radica la fascinación que ejerce".
