Gilberto Ponce
Nicolás Rauss, el joven director suizo, estuvo frente a la Sinfónica en el tercer programa de la llamada "Temporada del Descubrimiento", que se realiza en el Teatro Universidad de Chile.
La obra central era la Sinfonía Nº 5 en Re mayor Op. 107, llamada "La Reforma" de Felix Mendelssohn, que se interpretó junto a la "Rapsodia" para clarinete y orquesta de Claude Debussy, y dos estrenos de compositores jóvenes.
"Kontra" es el nombre de la obra de Raúl Díaz con se inició el programa, escrita para una enorme orquesta, mezcla contrastes sonoros, con pedales sonoros en las cuerdas, mientras el resto de las familias toca en un lenguaje minimalista, con secciones que van de lo atonal a lo serial, interrumpidas por una gran cantidad de instrumentos de percusión. Creemos que la reiteración de los recursos sonoros termina por hacerla tediosa, a pesar de la cuidadosa dirección de Rauss.
"Tercer túnel" de Christian Vásquez, es solo para cuerdas y percusiones (marimbas, vibráfonos, gongs, platillos, timbales, etc,) que son exprimidas en sus posibilidades, pues se raspan, se tocan con arcos además de la forma tradicional, mientras las cuerdas realizan nuevamente pedales sonoros, con crescendos y diminuendos, creando interesantes atmósferas.
Ambas obras muestran un lenguaje nada novedoso, pues viene usándose desde la década de los sesenta. A pesar de ello fueron recibidas con entusiasmo por sus profesores y compañeros músicos, y con frialdad por el resto del público.
Una excelente impresión provocó Fernando Saavedra con su interpretación de la "Rapsodia" para clarinete y orquesta de Debussy. Con técnica segura, hermoso sonido, naturalmente afiatado con la orquesta y de memoria tocó esta obra que transcurre en un lenguaje entre impresionista y cercano a las raíces del jazz. Rauss y la orquesta realizaron una gran labor en el acompañamiento.
Creemos que Saavedra se convertirá en uno de los mejores instrumentistas en clarinete.
Nicolás Rauss posee una clara concepción de la sinfonía "La Reforma" de Mendelssohn. Su concepto es unitario, entregando claramente las ideas religiosas y filosóficas de la obra, mientras que con gesto preciso provoca la reacción de sus músicos para los cambios rítmicos y de planos sonoros.
Fue una muy buena versión donde quedaron en evidencia la solemnidad, lo místico y lo jubiloso de ella, y de paso aquilatar la potencialidad de su director, que logró un alto rendimiento de la orquesta.
