El año pasado el pop y el rock inglés estuvieron en manos de Keane y Franz Ferdinand. En 2005 viene todo en uno: uno de los grupos de la temporada se llama Kasabian. Que es como decir Stone Roses y Primal Scream al mismo tiempo.
David Ponce
Tienen poco más de un año, pero ya hay señas de sobra para prestarles atención. Son ingleses y viven y ensayan juntos en una granja del pueblo de Leicester. Les gusta el fútbol, al punto de que se probaron en las divisiones inferiores del Aston Villa, el Leicester y el Nottingham Forest antes de dedicarse a tocar. Se llaman Tom Meighan (voz), Sergio Pizzorno (guitarra), Christopher Karloff (guitarra y teclados) y Chris Edwards (bajo), de modo que tienen dos guitarristas con auténticos nombres de película. Y el nombre del grupo los emparenta con un cliché rockero clásico: un guiño a Charles Manson. Kasabian es el apellido de una de las cómplices del célebre criminal de la era hippie, y por añadidura la palabra tiene un significado en armenio.
Kasabian significa algo así como "carnicero". Y la traducción es apropiada. Éste es el nuevo grupo mimado del rock inglés y se está devorando la atención de la prensa y los fans. La prensa se ha rendido frente a su disco,
Kasabian, que es un compendio de algunos de los mejores sonidos del rock inglés reciente, desde la nueva psicodelia de los Stone Roses de fines de los ’80 hasta el rock electrónico de Primal Scream en los ’90, en manos de un cantante entre apasionado e iluminado. Y entre los fans se cuentan los mismos patriarcas de esos tiempos, como Gary Mani Mounfield, bajista de ambos grupos y amigo de la banda, y Liam Gallagher, el cantante de Oasis, quien dedicó un franco piropo a Kasabian al conocerlos:
"Ustedes sí tienen pelotas", dijo Liam. "Son una banda, no un lote de estudiantes. Una banda con actitud. Están rockeando".
La primera vez que Sergio Pizzorno fue a un concierto en su vida fue a los diez años, y fue un concierto de Oasis, precisamente. "Tenía apenas diez años,
man, cuando fui", recuerda Sergio, que recibe esta llamada desde Chile al teléfono en Londres. Ese show fue en 1995. Diez años más tarde, Kasabian va a compartir una gira con Oasis en septiembre. "Lo que es un sueño, ¿no?", pregunta. "Un sueño hecho realidad".
Después de Engelbert
Pese a ser la nueva sensación y a haber iniciado en junio del año pasado el festival de Glastonbury, el más importante de Inglaterra, y pese a que el grupo ha montado una campaña que semeja entre revolución y guerrilla para estrenar su disco, Pizzorno se oye más bien muy tranquilo y relajado.
"En el último año todo ha cambiado,
man, you know? Ha cambiado la gente. Todo el mundo alrededor se ha vuelto loco", constata. Todos salvo Kasabian, parece. "Yeah, yeah. Te tratan de otro modo, definitivamente. Si tu nombre es el de una persona famosa eres tratado de una manera bastante distinta. Esa es la parte más extraña".
Pizzorno es hijo de italianos nacido en Inglaterra. "Mi familia es de Génova", precisa. "Tengo sangre latina". Y es el cerebro de Kasabian: el hombre que escribe las canciones y que puede hablar de las diversas influencias del cuarteto.
–Parece ser un grupo que escucha cosas muy distintas.
"Hacemos una especie de música psicodélica de fines de los ’60 y comienzos de los ’70. De ahí es donde venimos. Y se ha transformado propiamente en una banda de rock and roll", dice, a propósito de las frecuentes comparaciones con grupos de los ’90 como Stone Roses y Happy Mondays: Sergio se remonta a las raíces. "Queríamos hacer una mezcla interesante para el auditor. Cuando compras un disco no lo haces para darle unas pocas escuchadas, sino para que dure para siempre".
–¿Y va a ser muy distinto hacer el segundo disco de Kasabian?
"Definitivamente. Tuve 24 años para escribir el primero, y ahora seis meses para escribir el segundo. Es el próximo paso. Es muy distinto al primer disco. Y es mejor", asegura. "Tenemos las canciones. Sólo podremos empezar a trabajar después de que recorramos Estados Unidos. Tenemos una gira por allá de cómo seis meses y después de eso podemos volver a casa. Tenemos que darnos tiempo para grabar las canciones. No vamos a ser solamente un grupo que sucede y del que luego nunca vuelves a escuchar".
–¿Cómo ha sido su relación con Estados Unidos?
"Pasamos dos meses allá. Vendimos bastantes discos considerando que somos un grupo nuevo de Inglaterra. Ahora vamos a ir de nuevo a ver qué pasa. Les estamos dedicando mucho tiempo".
Algo se mantiene pese a la celebridad. El grupo no se ha movido de esa granja en la campiña. "Todavía seguimos ahí, cerca de la casa", dice Pizzorno. Kasabian permanece fiel a Leicester, por más que sea un pueblo quitado de bulla, donde el único antecedente pop surgido del lugar es el cantante de baladas Engelbert Humperdinck.
"Sí", sonríe Sergio. "Es la persona más famosa que ha salido de ahí. Esas cosas nunca pasan en Leicester. Es realmente un lugar muy aburrido".
–¿Y cuál es el lugar más extraño del que te han llamado hasta ahora? ¿Chile?
"Yeah, Chile es posiblemente el país más extraño. Definitivamente ganas en eso. Pero es estimulante. No puedo creer que mi música llegué así de lejos".
