
SANTIAGO.- El de anoche fue un duelo extraño. De equilibrio, pero también de mucha estrategia, según lo anunció Sergio Lagos antes de la prueba.
Se enfrentaban Dj Elektra, votada por el público, y Pato Laguna, votado por sus compañeros.
Ahí estaban los dos (que partieron con amagues de romance, pero que terminaron siendo sólo buenos amigos) entrando tomados del brazo a la bodega de vinos, en el principio del fin.
Antes del duelo, la gran mayoría de los compañeros que miraban desde la pared, daba a Laguna como seguro ganador.
Y esta vez no se equivocaron.
En una prueba en la que, como ya fue dicho, reinó el caos y la confusión (ambos tenían que perseguirse para sacarse unos pañuelos que llevaban en la espalda, a la altura del cinturón, mientras hacían equilibrio sobre los tablones que demarcaban un cuadrilátero), Pato Laguna venció sin esforzarse, al punto que al final Elektra pareció dejarse vencer y el resultado fue un categórico 4 a 0.
Se terminaban así los días de la pinchadiscos en el encierro de Pirque. La mujer que se autodefinió como la más fuerte de sus compañeras. “Quizás la mejor”, según ella. “Una ególatra”, según dijo su compañera Verónica Roberts en el cuchicheo previo al duelo. Una mujer “de esencia podrida”, insinuó Vicky.
Pero la dejota, sin saber que sus compañeras la estaban descuerando, se defendía: “yo no soy tan mala como la gente cree”, le dijo a Verónica Roberts. Y por algo lo habrá dicho.
Pero en fin. Lo cierto es que la pinchadiscos estaba fuera. Y a pesar de todos los pelambres que ella hizo y de todos los que sufrió, se fue dejando su buena onda para todos.
En la despedida con Laguna, segundos después del enfrentamiento, Elektra consiguió al menos un besito “cuneteado” del corpulento modelo, que siempre le anduvo haciendo el quite.
“Dejo más conocidos que amigos”, le reconoció a Sergio Lagos todavía en el lugar de la contienda. “Es como cerrar un ciclo”, agregó.
“Ahora viene Elektra en vivo”, decía en ese momento el generador de caracteres en la pantalla, en lo que parecía un flyer televisivo.
Al televidente se le pasó por la cabeza durante una fracción de segundos que en “Encuentros cercanos”, iban a tenerle un completo equipo de mixers y tornamesas para que la chica demostrara sus dotes.
Pero el televidente se equivocó.
¿Quién ganará La Granja Vip?
Otra vez Sergio Lagos abrió el “Encuentros cercanos” parado arriba de la mesa.
“Desde Laguna Verde. Desde Valdivia” anunciaba el animador (cuyo peinado recordaba anoche al del Rafa Araneda) que venían a ver a Elektra.
“Ella ha animado a muchos”, dijo Lagos. “Y hemos compartido noches juntos”, agregó cuando ya la tenía junto a él en el estudio “pero profesionalmente”, tuvo que aclarar el animador ante la ya clásica exclamación seudo escandalizada de la platea.
Una de las primeras confidencias que hizo la recién eliminada, fue que ella había llamado a la producción del canal para estar en el reality, y que lo había hecho para potenciar su carrera, seguir viajando y recorriendo el país con su música, según explicó.
Tras ver las primeras imágenes de sus hazañas en el fundo estudio, la dejota exclamó “¡Qué guatona!” y recomendó al público y al televidente que no comieran ulpo, que no comieran pan.
Para referirse a su experiencia encerrada durante más de dos meses con un grupo de desconocidos en una casona en el campo, fue sumamente generosa: “Fue encantador, porque te encuentras con tus propios límites”.
Las primeras chispas (no serían las últimas) salieron cuando en su primera intervención, Yasmín Valdés (panelista estable), le dijo que su participación le había parecido poco agresiva, que había quedado con gusto a poco (que es algo que le ha dicho a la mayoría de los eliminados), “pienso que el reality no es lo tuyo”, le dijo Yasmín.
Elektra no demoró en responder: “en el reality y en la vida he sabido canalizar mis energías y no desgastarme en estupideces. Lo mío era la competencia. No soy una show woman. Si la gente quería ver a una mujer fuerte, eso sí lo tuvo”, contrarrestó la dejota con un indisimulado dejo de desprecio.
Más tarde Elektra reconocería que le tenía sangre en el ojo a la panelista estable porque cuando reingresó Pamela Díaz, había llegado a contarle que Yasmín había dicho que a Electra parecían servirle todas las micros. Y que eso le había molestado.
Ahí se enfrascaron en una discusión de mediana intensidad.
Por su parte, Gonzalo Egas se metió en su propio rollo para aclarar diferencias entre encausar la energía o canalizarla.
Como si no fuera suficiente con esto, los invitados al programa fueron nada menos que Janis Pope (sí, Janis aún existe) y Pablo Schilling (y no Schiling, como se escribió torpemente en este espacio la semana pasada), los que ayudaron a despeinar aún más un ya desordenado programa.
Cuando se nombraba a Marisela Santibáñez, el público abucheaba. Elektra decía: “la conocía en circunstancias nocturnas en las que congeniábamos bien. Pero es otra cosa verla todos los días. Es una mujer difícil. Extrema. Y yo no quería desgastarme”, explicó la diyei.
Hacia el final, como siempre, se bajan las luces, se escucha una melancólica melodía en un piano, Sergio Lagos se pone meloso. Toca la fibra íntima. Corre video. Habla papá Elektra, mamá Elektra, habla Sofía (la hija de Elektra), junto a su padre (Dj Abdala). Elektra llora y llora más todavía cuando todos ellos se materializan sobre el escenario (como siempre).
Mientras tanto, muy lejos de allí, siguen encerrados los seis últimos participantes. Un equilibrio perfecto de tres varones y tres damas. ¿Cuál de todos ellos ganará?
Según las llamadas que el público hizo durante el programa, la primera opción la tiene el español Javier Estrada.
Pero todavía queda mucha Granja por delante.
Qué alegría.