 Manuel Puig |
BUENOS AIRES.- Quienes llegaron a conocer alguna de sus múltiples moradas en Buenos Aires, Cuernavaca o Río de Janeiro quedaban impactados por su enorme cinemateca, a primera vista incluso más voluminosa que su biblioteca. Apenas un aspecto más que revelaba que Manuel Puig era un escritor singular, distinto a todos los demás.
"No tengo modelos literarios evidentes, ese espacio está ocupado por las influencias cinematográficas", afirmó alguna vez en una entrevista. Hoy se cumplen 15 años de su muerte en 1990 en Cuernavaca, México, la última estación de un exilio iniciado con la publicación de la novela "The Buenos Aires Affair" en medio del convulsionado clima político de la Argentina de 1973, tres años antes de que iniciara la última dictadura (1976-1983).
Como sucede muchas veces, Manuel Puig, nacido en 1932 en General Villegas, provincia de Buenos Aires, fue incomprendido por una parte de la crítica nacional e incluso por importantes escritores coetáneos como el peruano Mario Vargas Llosa y los argentinos Julio Cortázar y Jorge Luis Borges.
Es célebre en el mundillo literario la anécdota según la cual Vargas Llosa amenazó con dejar el jurado del Premio Biblioteca Breve si ganaba "ese argentino que escribe como Corín Tellado".
Según un artículo sobre Puig escrito por el fallecido escritor cubano Guillermo Cabrera Infante, Borges llegó a decir de Puig que sus libros parecían escritos por el fundador del imperio cosmético del mismo nombre, Max Factor, y Cortázar solía describirlo apenas como un lector femenino o un escritor homosexual.
Puig, por su parte, hacía con sus detractores lo mismo que con sus mejores amigos: los feminizaba y a algunos de ellos les ponía nombres de estrellas de cine. Es así como Borges pasó a ser "esa vieja malvada" y lo asimiló a la actriz Norma Shaerer, "¡tan refinada!", según Infante, y Vargas Llosa se convirtió en Esther Williams, "una nadadora disciplinada pero un poco aburrida", según recordó Suzanne Jill Levine, biógrafa de Puig.
Sin embargo, tuvo gran éxito internacional en vida. Sus novelas fueron traducidas a cerca de una treintena de idiomas, entre ellos el alemán, inglés, italiano, japonés, griego, indio, hebreo y chino.
Puig, sus libros y el cine
La mayor "subversión" literaria de Puig fue entremezclar en sus novelas fragmentos de distintos géneros, como conversaciones telefónicas, radioteatro, partes policiales, necrológicas, cartas, parlamentos de confesionario, creando collages únicos.
Al igual que Toto, el protagonista de su primera novela, "La traición de Rita Hayworth" (1968), que vive en un pueblo de la Pampa argentina cuyo único contacto con la vida real es a través de las películas, "Coco" (como se apodaba Puig) se crió viendo películas de Hollywood, una afición que se vio incrementada cuando se mudó a Buenos Aires para realizar sus estudios secundarios, donde los cines y los teatros estaban a la orden del día. El escritor solía recordar su Pampa natal, en cambio, como "un mal sueño o más bien un mal western".
En 1956, a los 23 años, se marchó a Roma para estudiar cine en el Centro Sperimentale di Cinematografia, estancia que aprovechó para conocer ciudades como París, Londres o Estocolmo y codearse con estrellas como Marlene Dietrich o Vivien Leigh.
Regresó a Buenos Aires en 1962 y en 1963 se fue a Nueva York, más tarde escenario de una de sus novelas, "Maldición eterna a quien lea estas páginas" (1981). En 1967 regresó a Buenos Aires. En 1969, después de "La Traición de Rita Hayworth", publicó la famosa "Boquitas Pintadas", sobre la cual señaló en su primera edición: "Es un folletín con el cual, sin renunciar a los experimentos estilísticos iniciados en mi primera novela, intento una nueva forma de literatura popular".
"La malvada de buena familia, la sirvienta engañada, el cabecita negra, la niña bien, la madre soltera, el policía ambicioso: las figuras del folletín están en primer plano, aunque el crimen no ocupe el centro de la novela", señaló el escritor argentino Ricardo Piglia en un ensayo titulado "Manuel Puig y la magia del relato".
Tras la publicación de "The Buenos Aires Affair" en 1973, Puig se exilió en México a causa de las numerosas amenazas telefónicas recibidas, donde terminó "El beso de la mujer araña", quizá su novela más famosa en el estilo más "hollywoodesco" de la palabra.
"El beso de la mujer araña" no sólo fue un best-seller internacional: se convirtió en una exitosa comedia musical en Londres y Nueva York y fue llevada al cine por Héctor Babenco en 1985 con William Hurt en el papel de Luis Molina, un perseguido sexual que es presionado para sonsacarle información al guerrillero Valentín Arregui (Raúl Juliá), preso en la misma celda, pero del cual finalmente se enamora. La película contó además con la actuación de la actriz brasileña Sonia Braga.
Anteriormente, habían sido adaptadas al cine "Boquitas Pintadas" (Leopoldo Torre Nilsson, 1974) y "Pubis Angelical" (1982, Raúl de la Torre).
Tras una estancia en Río de Janeiro, ciudad en la que están ambientadas "Sangre de amor correspondido" (1982) y "Cae la noche tropical" (1988), Puig regresó a México.
En uno de los textos sobre el autor, el escritor argentino Tomás Eloy Martínez recordó: "En 1973, cuando publicó 'The Buenos Aires Affair' y le llovían las ofertas para traducirlo, empezó a sentir que la Argentina no le hacía justicia. Había llegado más lejos que cualquier otro escritor de su generación, pero se lo trataba como a uno cualquiera. No quería aceptar que el país siempre había sido así, y que seguiría siéndolo".
Murió a los 58 años de edad, después de una operación de vesícula. Quince años después, su obra ocupa un lugar destacado dentro de la historia y el análisis literario argentino.
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