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Verónica Roberts: "Soy ultramamona"

Tras la eliminación de la ex Miss Chile, Victoria Lissidini, Javier Estrada y Coca Mendoza estarán en la final de este jueves en vivo desde el Teatro Caupolicán.

10 de Agosto de 2005 | 05:10 | Por El Televidente, El Mercurio en Internet
La de anoche fue una gesta de dimensiones épicas.

Pero no precisamente por lo aguerrido del duelo, que más bien fue como comerse un candy para el Coca Mendoza, quien debió enfrentar a Verónica Roberts, nominada por sus compañeros.

No. No fue por el duelo, sino el hecho de que a pesar de estar haciendo uso de sus vacaciones legales, el televidente está enviando este despacho, como cada martes, desde hace ya un tiempo (un tiempo que el televidente no es capaz de calcular así a la primera).

Y no es que se esté produciendo algún tipo de explotación laboral ni nada que se le parezca. Es sólo que, más allá de lo Vip o no Vip que pudieron haber sido los participantes de la segunda versión del reality campestre de Canal 13, el televidente terminó creando un lazo afectivo con este show que ya empieza a apagar sus luces.

Porque a pesar de que el televidente no veía los pormenores del reality durante el resto de la semana, la eliminación de los martes terminó convertida en ritual.

La de anoche no fue menor. Nada menos que la última antes de la final del jueves, en vivo, en el Teatro Caupolicán, a la que llegarán los tres finalistas: la uruguaya Victoria Lissidini, el español Javier Estrada y el chileno (no, chileno no: colocolino) Coca Mendoza.

El jueves hasta las 22 horas, el público tiene la posibilidad de elegir uno de los finalistas de La Granja llamando por teléfono. El otro, hasta el momento el televidente desconoce cómo será elegido.

Pero mejor centrarse en el fundo estudio.

Mi amiga Marisela

Anoche no importó tanto el duelo, donde como ya se dijo Coca Mendoza dio cuenta fácil de Verónica, a quien esta vez de nada le sirvieron sus oraciones (¿Habrá estado viendo Dios otro canal?), sino en la cantidad de situaciones que se dieron antes del duelo, que fueron, a juicio del televidente, tremendas.

En medio de bucólicas imágenes, aparecen de pronto todos los participantes que habían pasado por esta versión del reality campestre (todos menos Pamela Díaz y Dj Black). Los cuatro finalistas al principio no distinguen quienes son, pero luego todo se convierte en la fiesta del abrazo y de la risa. Pero también de la crueldad y el desatino.

Mientras Kathy coqueteaba con Javier, o mientras el Coca cuchicheaba con su compinche Laguna, Marisela Santibáñez se despacha una de aquellas.

Después de haber dicho en el Encuentros Cercanos del día de su eliminación, que antes de salir había hablado con Vicky y habían hablado sobre el "affaire egas", quedó demostrado que no había dicho la verdad, porque ahora la mostraron precisamente confesándole a Vicky su "salida a bailar y unos besos" que se había dado con el ex de Lissidini.

Vicky no lo podía creer "¿Por qué no me lo dijiste antes?", le preguntó Victoria con la cara desencajada. "Porque pensé que te iba a matar", le contestaba Marisela (¿Y no la estás matando ahora, a un par de días de la final, pensaba el televidente).

"Porque no me importaba pos mona", le decía también la Santibáñez a la uruguaya, y al televidente le despertaba una incontrolable irritación la actitud de la cada vez más errática Marisela Santibáñez.

Pero ése no iba a ser el único golpe de la uruguaya. Porque después de ese notición, fue el musculitos Schilling quien se encargó de darle una nueva estocada a la uruguaya, cuando ésta estaba todavía sangrando a chorros.

"Tengo que decirte cosas malas afuera", le dijo el niño en cuerpo de gigante.

"Mira ya nada puede ser más malo", replicó Lissidini con garra charrúa. "Hablá de una vez".

"Me di cuenta de que no eres una mina para mí. No eres una mina como para tener de pareja", le dijo el ex atleta con una carencia absoluta de sutileza.

¿Se habrán puesto de acuerdo para debilitar a la uruguaya? se pregunta incómodo el televidente. Porque si no se pusieron de acuerdo, porque si esto no es el desarrollo de un plan previamente concertado para debilitar la opción de la charrúa, entonces el azar se ensañó con la pobre de Vicky.

Después de eso, poco importaba el duelo. Que como ya está dicho, fue un trámite para el Coca. En cualquier entrenamiento debe haber requerido de mayor fondo físico y coordinación motriz. Si hasta se dio el lujo de dar instrucciones a Roberts para que lograra un mejor desempeño. Pero qué va, pensó el televidente, el resultado ha sido un aplastante cinco a cero.

La iluminada

"Detrás de la fragilidad se esconde la fortaleza". Esa es, a juicio de Sergio Lagos, una de las lecciones que ha dejado el televidente la persona de Verónica Roberts. Y así la presentó anoche el animador en el penúltimo capítulo de Encuentros Cercanos.

"Entró como una pequeña doncella y salió como un gran roble", agregó el animador.

En el programa, y con la presencia de Andrea Muñoz, ex Miss Chile y quien encabeza "Misses por una causa", y de Rodrigo Rubio, declarado admirador de la Roberts (uno de los tantos) y quien realizaba las pruebas en las que los granjeros ganaban premios.

En el programa se habló de la fortaleza espiritual de Verónica. Se dijo "que vivió del rechazo a la aceptación" para referirse a la relación que mantuvo con un grupo influyente dentro del reality que en un principio, a decir verdad, no la quería mucho.

Ella habló de los días difíciles, pero enriquecedores que vivió al interior de La Granja. Confesó que hubo dos momentos críticos. Uno al principio, cuando echaba de menos a su mamá, a su parroquia. "Soy ultramamona", confesó. El otro momento que la tuvo al borde del colapso, fue cuando le correspondió ser capataz y ninguno de sus compañeros le hacía caso.

También se le vio decir en su recuento dentro del fundo estudio cosas como "Váyanse todos a la mierda", precisamente en el momento descrito anteriormente. O también "Son todos una sarta de rotos", expresado por el mismo motivo.

Cuando se abordó el tema Marisela-Victoria, hubo unanimidad, en que la ex opinóloga de Viva la Mañana, había actuado de manera desatinada (por decir lo menos, piensa aún irritado el televidente)

Y en fin. Sergio Lagos saltaba de un auspiciador a otro, le pateaba el trasero a las aspirinas humanas que aparecían en el estudio, para luego tocar la fibra sensible, donde hablaron los familiares por video y luego se materializaron sobre el escenario.

Ha terminado así una nueva jornada en la Granja Vip. El televidente espera con ansias el programa final del reality este jueves, en vivo desde el Teatro Caupolicán (y así esto se acaba de una vez por todas).
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