El grupo argentino Entre Ríos cultiva la electrónica y el pop delicados de un modo que ha sido apreciado entre audiencias de España, México y Chile antes que en su propio país, donde ganaron exposición gracias a la presencia de una de sus canciones en un comercial de cerveza. Hoy estrenan disco y cantante, y Chile es el primer lugar donde presentan estas novedades fuera de Buenos Aires. Hay vida en el pop argentino después de Miranda!
Entre Ríos: Gabriel Lucena (programaciones y teclados), Paula Meijide (voz y armónica) y Sebastián Carreras (programaciones y samplers).
David Ponce
Las que vinieron a dar a Santiago de Chile son las primeras actuaciones del trío pop argentino Entre Ríos después de la aparición de su reciente disco
Onda. De hecho aquí acaban de dar el segundo show del grupo luego de lanzado el álbum.
"Estamos como muy de estreno. El primero fue la semana pasada en un auditorio de la Alianza Francesa (en Buenos Aires)", resume Sebastián Carreras, un rato después de terminar de tocar en el concierto del pasado martes en el Centro Mori, del capitalino barrio Bellavista. Hace más de un año, en enero de 2004, el grupo debutó en Chile con un concierto en el Teatro Novedades, donde un puñado de personas pagó por ir a verlos. Esta vez la exclusiva audiencia estuvo formada únicamente por invitados, antes del show abierto a todo público que darán hoy viernes 19. Entre Ríos ya tiene un rótulo atractivo para ese público que descubrió y exprimió al grupo argentino Miranda! y que aquí va a encontrar algo nuevo. Ahí donde Miranda! es la expresión, Entre Ríos es la sutileza. Ésa es la marca del trío iniciado por la cantante Isol y los instrumentistas Sebastián Carreras y Gabriel Lucena. Desde este año, y luego de que Isol grabara las voces de
Onda (2005), la nueva cantante es Paula Meijide.
"Estamos fogueándonos en la nueva formación, que no sólo es que esté Paula ahora, sino que también cambiamos las herramientas y la modalidad de trabajo en vivo", explica Carreras.
-De hecho cuando tocaron en el Novedades hubo guitarras.
"Sí, y ahora teclados y cosas. La realidad del grupo cambió en varios aspectos. Uno es el musical, y después el contexto cambió. Estamos con Matías, que es nuestro
manager, cambiamos de sello (ahora firmaron con Pelo Music, un sello distribuido por la trasnacional DRO), él está armando la agenda de conciertos del año y, bueno, estaba Chile como la primer deuda. Aparte nos pareció muy bueno venir a estrenar este show acá, porque la vez que vinimos antes estuvo buenísimo. Nos gustó la química".
-¿Y qué les pareció el show de hoy? ¿Paula?
"A mí me encantó la respuesta del público", dice la cantante.
-¿Sí? ¿No lo encontraste un poco frío?
"No, me gustó. Estaba bien arengado", sonríe. "Comunicativo. Y yo también recién estoy descubriendo el público de Entre Ríos. Por lo que me cuentan los chicos en Buenos Aires es un público bien tranquilo".
"Sí, estamos descubriendo nosotros mismos la nueva formación y a su vez al público con los temas nuevos", coincide Carreras. "Porque hicimos
Sal, el disco anterior, en el 2002, y estuvimos casi tres años tocando y reinventando el mismo repertorio, pero mal o bien eran los mismos temas. Ahora es una bocanada de aire. Queremos conformar el sonido a partir del disco nuevo".
"Estamos viendo el cambio de la propuesta", complementa Lucena. "Quizás antes proponíamos algo que tendía más al silencio, y hoy es más al choque, y en algunos casos puede llegar a disgustar. Noto que vamos a cosas más extremas, que algunas pueden entenderse y otras quizás no. Pero es parte del juego".
-Pero en general es casi más accesible el disco nuevo, es más cantable, más pop.
"Sí, sí, totalmente", dice Carreras.
-¿Eso puede ser lo chocante?
"Eso mismo, sí. Creo que hoy un público informado y la calidad de la gente determina ese perfil de que cuanto más extraño mejor. Y esto no tiene esa extrañeza. Es más cercano que extraño. Pero dentro de nuestro lenguaje. Viste que están esos grupos que dicen ‘Sí, en ese disco probamos hacer de todo, tenemos un blues, un reggae’. No es el caso".
-¿Qué otras cosas cambiaron?
"Gabriel tocaba un bajo extraño y yo una guitarra extraña", sonríe Carreras.
"Ahora hay armónica", agrega Paula, que es la que toca ese instrumento en el grupo.
-Isol no tocaba armónica, ¿no?
"No, no. Ése es un aporte. Y está preparando la flauta dulce", bromea su compañero.
"Vamos en contra de la corriente", reflexiona Lucena. "Porque hay muchos grupos electrónicos que después de darse cuenta de que escénicamente no rendían porque había máquinas y no había instrumentos tocados, se decidieron por poner instrumentos y ‘armar una banda’. Y nosotros preferimos que no exista eso, que la gente disfrute del sonido y no relacione el sonido con una cosa tocada con la mano".
Carreras: "Claro, hay como una síntesis. Vos percibís la música de Entre Ríos pero estás viendo a unos tipos tocando botones y no podés separar esa información. Cuando ves a un tipo con una guitarra, por información sabés cuando tira un acorde o cuando hace algo. Acá eso no se percibe".
Lucena: "Y a pesar de eso de todas maneras estamos controlando más elementos en vivo que antes. A pesar de que antes por ahí tocábamos instrumentos acústicos y eléctricos las bases estaban más armadas. Ahora tenemos mas posibilidades de cambiar esas bases con laptops (computadores portátiles). La laptop te da esa oportunidad de tocar lo que se te ocurra, salir del tema, terminar y empezar de otra manera. Si se nota o no se nota da o mismo".
"Claro, es una paradoja. Tocamos más ahora", dice Carreras.
"Tocamos más y se nota menos", completa Gabriel.
"Pero la idea no es irse con los laureles, sino que oiga como síntesis".
-¿Y cómo es tocar un disco que está recién grabado con Isol y cantarlo con Paula, qué tan difícil es?
Carreras: "Para nosotros es una dificultad, porque hicimos el disco con un nivel de inspiración que tenía un presente, y ese presente cambió. No sé, es raro, es como haberte comprado una casa hermosa en el lugar donde fue el tsunami, entendés. O sea, tenés la casa, todo, y pasa la ola esa, y no llegaste a habitarla. Eso nos pasa con el disco. Pero es nuestro, lo hicimos nosotros dos, cada nota, cada decisión. Es como tener un hijo y no lo veas, no esté, pero sabes que es tuyo".
-Bueno, hay otra hija que es Paula, ¿no?
Carreras: "Sí, pero la situación con ella es diferente, porque tampoco queremos que ella nos devuelva la nostalgia de ese disco que quedó ahí, raro, sino que estamos viviendo el presente con ella y estamos pensando en cómo nos vamos a proyectar en otro disco. Había canciones que todavía no había grabado Isol y ya se estaban armando y no tenían la voz, cosa que hasta ese momento nunca había pasado en Entre Ríos".
-¿Tal vez era un anuncio?
"No, creo que eran diferentes caminos. Nosotros estábamos muy entusiasmados por renovarnos".
Lucena: "Había una energía mucho más potente y no la encontramos en la voz por un montón de situaciones. Y de repente cuando encontramos a Paula pudimos ir en ese sentido. De hecho hay cambios en los temas de
Onda que ya en vivo suenan diferentes, porque íbamos en búsqueda de un sonido nuevo que se estaba plasmando en el disco y que no llegó a concretarse del todo".
-¿Fue una decisión del grupo que Isol dejara Entre Ríos?
"Fue un consenso", dice Carreras. "Estaba claro que, con el cambio de sello, cuando pasamos a una multinacional las obligaciones son mucho más grandes. Y bueno, ella no estaba en eso. Nos iba a pasar. Con un disco como
Sal, lo último que nos pasó es que metieron un tema en una publicidad con una campaña enorme, y eso nos llega como un rebote: no es que vamos hacia eso. Y ahora
Onda está buenísimo, sabemos que van a pasar un montón de cosas, y ella se fue antes de eso".
-¿Cómo lo han entendido los fans?
Carreras: "Hasta ahora no hubo problemas".
"También es verdad que para muchas bandas el disco es una cosa y el show en vivo es otra", argumenta Paula. "Podés hacer un show en vivo igual al disco o totalmente distinto. Son dos creaciones artísticas totalmente distintas. En este caso es así".
Sebastián Carreras seguirá trabajando con su propio sello independiente, Índice Virgen, pese a que el grupo se haya cambiado a otra tienda. "Fue un desprendimiento personal. El sello existe, pero tiene una connotación y un espacio y Entre Ríos abarcaba más. Índice le quedaba chico a Entre Ríos: ésa es una realidad que veníamos viendo desde antes. La libertad que te da ser independiente no existe en otros ámbitos de la industria. De hecho nosotros mañana nos podemos agarrar a trompadas, pero sabemos que durante cinco años tenemos un contrato y tenemos que trabajar juntos. Y sobre algo intangible. Porque nosotros firmamos un contrato por cosas que no existen todavía. ¿No?"
"¿Cómo que no existen, boludo? Si está todo. ¿Estás o no estás en un hotel cinco estrellas?", bromea Matías, el
manager, que escucha la conversación, y que aparte se comporta como un definitivo
manager al preguntar si falta mucho para terminar la entrevista.
"Y, pero hay canciones que no existen. Pero lo digo con alegría", argumenta el músico. Cierto. Entre Ríos tiene que aprender a conjugar la diferencia entre una reflexión ensoñadora y el rudo lenguaje del negocio del rocanrol.
Conexión Javiera Mena
Índice Virgen, el sello de Sebastián Carreras, tiene entre sus planes editar el disco que la cantante y compositora chilena Javiera Mena, de 23 años, está terminando de grabar en estos días en Santiago.
"A Javiera la conocimos cuando vinimos en el show anterior, que ella nos teloneó", recuerda Carreras. "De hecho la vimos entre bambalinas los dos, como en las películas, viste que te muestran el escenario, de espaldas, la gente, y la vimos a ella cantando y todo, y nos pareció interesante. Nos empezó a mandar música, y él (Gabriel) mezcló un tema hace poco del disco", agrega, en alusión a la balada "Cuando hablamos".
-¿Qué les atrajo de la música de ella?
"Y que tiene intenciones parecidas a las nuestras. Trabaja con un formato muy definido, que es la canción pop, pero dentro de eso trata de decir lo suyo y de decirlo a su manera, que es lo que me parece que tiene que ser, siempre. Pero en Argentina, la verdad, no encontré una forma de hacer las cosas así. Hay mucha intencionalidad allá. Es como armar la ecuación, le pongo una base tecno porque es lo que se lleva, o directamente no me importa nadie y hago la cosa más loca; y ella tiene una coherencia y una juventud y está bueno que ocurra".
-¿Cuáles son tus planes con el disco?
"Primero tiene que terminarlo", sonríe. "Creo que va a estar bien. Dentro de Índice lo que voy a tratar de hacer es darle un ámbito lógico de sello independiente, la credibilidad que puede tener eso. Y espero de ella que necesite más que eso. Que Índice le quede chico. Pero eso lo va a decir el tiempo".
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