Escoltados por el actor Daniel Muñoz, el productor Mario Rojas y el músico Álvaro Henríquez, Los Tricolores son los más fieles herederos de la vieja escuela de la cueca brava.

En La Yein Fonda estarán Los Tricolores presentando su nuevo disco, grabado junto a Daniel Muñoz.
David Ponce
La última cueca escrita al cierre de esta edición por Luis Castillo es pura inspiración instantánea. Se llama "La Yein Fonda" y el cantante de Los Tricolores la tenía lista la semana pasada, días antes de la actuación del grupo este dieciocho en la fonda que organiza Álvaro Henríquez en la Quinta Normal.
"
Terremoto grado quince, allá en la Quinta Normal, grita y corre la gallá / vuelta loca a chinganear. / Cómo tiemblan las tablas/ ésta sí es fiesta / tango, rock, buenas cumbias, sabrosas cuecas", entona Luis Castillo a modo de ejemplo, y el ejemplo sirve también para conocer el estilo intuitivo que Los Tricolores ya han mostrado en sus dos discos,
Cuecas de remolienda (2003) y el recién lanzado
Los Tricolores con Daniel Muñoz (2005).
"La verdad de las cuestiones es que como grupo el fuerte de nosotros quizás no ha sido el gran sonido. Nosotros somos músicos autodidactas. No hay más que eso. Yo creo que el arma más grande que siempre hemos tenido han sido las letras", dice Castillo, que inició el grupo en 1999 junto al único otro fundador de los Tricolores que toca en el grupo, el guitarrista Carlos
Carlanga Martínez, y que recogió desde el comienzo la enseñanza purista del veterano cuequero santiaguino Hernán Núñez, iniciador de Los Chileneros en 1967. "El viejo Nano siempre nos ha dicho eso: antiguamente el que sabía más versos, más melodías, era el que se mantenía. Y en las cuecas siempre hemos tomado bien a pecho esa parte".
La picardía nata de Los Tricolores se nota desde en el sonido bravo de sus grabaciones y actuaciones, con piano, guitarra y panderos, hasta en el estilo de cantar de Luis Castillo. En el nuevo disco él firma una intrincada pero precisa cueca llamada "Así me gusta", aderezada con las frases "Mi negrita zamba" y "De kirusa taita", y en su nueva cueca juega con otra llamativa muletilla al final de cada verso que dice "De punta y taco se armó".
"A mí se me habían ocurrido otras melodías y muletillas normales, como ‘Caramba’ o ‘Sí ayayay’. Pero, no sé, yo me pongo a pensar que sí tú quieres introducir algo, hasta la letra más simple o más común en el folclor, si le pones otra melodía que la arrastre un poco la haces más rica".
–¿La cueca puede sonar nueva, pero igual ser fiel a la vieja escuela?
"Justamente. Hay como una contradicción, porque nosotros siempre hemos sido apegados a la cueca chilenera. No hay nada que hacer: es el sonido típico, nunca hemos querido meter batería ni otras cosas. Pero a mí me gusta esa cueca ("Así me gusta") porque es un trabalengua al final. Primero, porque la letra es muy aterrizada, habla de una cuestión muy cierta. Dice
Me gusta desenfundar la garganta pa’l canto vivo y libreta, que es una cuestión que se ve en la cueca brava.
Ver los cabros con el alma pegar el grito en las cuecas, porque es así: en el ambiente de las cuecas todos andan guerreando. Y lo importante es la melodía, lo que llama la atención. Tiene esa cuestión viva".
–Varias cuecas del disco son de Nano Núñez. ¿Cómo las eligieron?
"En el primer disco de nosotros, diría que la mayoría está entre las cuecas nuestras y las del Nano. Hemos estado siempre apegados a él y en ese tiempo nos regaló cuecas muy ricas, como fueron, por ejemplo, ‘Tale piolita’, ‘La cueca del cartero’. Y yo creo que la cueca más emblemática de Nano Núñez en este disco es la que se llama ‘Y todo fue por un beso’. Tuvimos la suerte, ésa es la palabra. El Nano la grabó en un
cassette cualquiera, en una radio. Y después va y le dice al Carlos Martínez,
Sabe, amigo Carlos, le voy a regalar este cassette, tengo hartas cuecas metidas ahí, para que las saquen, ahí vean ustedes. Estaba la voz, tañando una caja, una cosa así. Y de las cuecas que yo he escuchado ha sido una de las más bonitas".
El actor Daniel Muñoz, el músico Álvaro Henríquez, el productor Mario Rojas y la gestora cultural Cecilia García-Huidobro forman parte del equipo que rodeó a Los Tricolores en la grabación del disco.
"Para mí el Daniel ha sido de los que más han creído en lo que hacemos nosotros", dice Castillo. "Y el disco me gusta por la viveza que tiene, la espontaneidad. Si esta grabación se hubiera hecho treinta, cuarenta años atrás, cuando estaban los viejos cantando… porque las
Cuecas con escándalo, las
Cuecas centrinas, Los Chileneros, todo eso fue grabado igual que esto, en vivo. Pero los viejos dominaban tanto esta cuestión que no había pifias. Y por qué me gusta el disco: porque fue algo muy parecido a lo que hicieron los viejos. Obviamente hay más condoros, hay más
ranas. Porque es complicado. Ahí uno se da cuenta de que no es llegar y cantar cuecas".
–Por eso no hay contradicción: el espíritu sigue siendo purista.
"Sí. Sabes lo que pasa, yo creo que en este sentido vamos a tener que morir así. Yo creo que ya nos sentenciamos. Porque mira: es como la campana de Gauss, como se dice en estadística. Todo empieza, llega a un momento en el que se estabiliza, hasta que cae. Lo que ha pasado ahora con nosotros es fenomenal, pero hasta el día de hoy yo toco acordeón sólo un poco mejor que antes. No te puedo decir que toco mejor, porque todavía me mando las ranas y no soy un eximio músico. El grupo en si ya es esto: esto es lo que hace. Ahora salimos como a la luz pública. Ahora empieza el chiste".
–¿Y ya no pueden cambiar?
"Yo creo que no vamos a cambiar. Yo lo que sinceramente le apuesto al que quiera, y es penca que lo diga, ¿ah?, pero al guatón (Carlos Martínez) yo lo echo a guerrear, compadre, y él le corre a quien quiera cantando cuecas. Y yo sé que si le digo que hay que sacar tal cueca, él la saca y se acabó el problema. De que vamos a morir así, vamos a morir. De repente es malo el exceso de confianza. Pero yo confío en los cabros".
Agenda
Los Tricolores actuarán entre el 16 y el 18 de septiembre a las 19 horas en La Yein Fonda, Quinta Normal, entrada por avenida Portales (690 2000), $9.000. Y el 18 y 19 de septiembre a las 19 horas en el Parque Inés de Suárez, Antonio Varas con Bilbao, $1.500 (adultos), $500 (niños). |