EMOLTV

Arte: Experta española denuncia abandono de patrimonio artístico afgano

En Kabul se encuentra un rico y extenso patrimonio afgano, que se remonta a la Prehistoria e incluye piezas helenísticas, budistas e islámicas, además de restos etnográficos.

20 de Septiembre de 2005 | 14:12 | EFE

Una estatua del budismo del siglo 16 que ha sobrevivido la destrucción.
KABUL.- Ana Rodríguez, una experta española en Historia del Arte residente en Kabul, denunció el abandono del patrimonio artístico afgano, descuidado por falta de fondos y décadas de un suculento pillaje que aún persiste.

"El patrimonio cultural está abandonado, porque no se encuentra entre las prioridades de los países desarrollados presentes en Afganistán", afirma Rodríguez, de 35 años, en el Museo de Kabul, un pequeño edificio situado a las afueras, frente al destruido Palacio Darulaman y entre las hermosas montañas que rodean esta capital.

Esta española lleva tres años en Kabul dedicada a una causa que muchos considerarían perdida: inventariar el rico y extenso patrimonio afgano, que se remonta a la Prehistoria e incluye piezas helenísticas, budistas e islámicas, además de restos etnográficos.

Ana trabaja con la Sociedad para la Preservación del Patrimonio Cultural de Afganistán (SPACH) desde otoño de 2002, tras llegar a Kabul con un bebé de pocos meses superando mil y una peripecias.

Esta experta, que no se tapa la cabeza con un pañuelo en esta República Islámica porque "hay que exponerlos a la diferencia", ha dedicado los últimos años a recuperar el Museo Nacional de Afganistán, destrozado por las luchas y saqueos de los "muyahidin" desde 1992 y el afán talibán por acabar con las estatuas humanas.

Recuperación y restauración

En 1993, un misil cayó sobre un mihrab islámico del siglo XII que se guarda en el museo, que llegó a quedarse prácticamente en el esqueleto arquitectónico, aunque poco a poco ha sido recuperado.

En su recorrido por estas modestas instalaciones, que guardan tesoros del patrimonio afgano como las figuras en madera de los kafires (infieles) de Nuristán, Ana presenta orgullosa a su "héroe": Abdullah Hakimi, el responsable de restauración.

Hakimi fue uno de los empleados del museo que, aún a riesgo de su vida, escondió algunas figuras artísticas del fanatismo iconoclasta de los talibán y ahora se ocupa de restaurar con paciencia las obras que no pudieron ser salvadas.

Los ultraintegristas que gobernaron Afganistán desde 1996 hasta 2001 destrozaron a hachazos unas 2.000 estatuas del museo, aquellas que tenían una representación humana o eran preislámicas.

"El patrimonio afgano es muy diverso y rico, pero no demasiado conocido", explica Ana Rodríguez, quien se queja de la escasa atención que ha recibido internacionalmente, en comparación con la dada en la guerra de Irak a las piezas de la cultura mesopotámica.

Esta española morena de ojos claros, casada con un holandés y con tres hijas pequeñas, respeta mucho al actual ministro de Cultura de Afganistán, Sayed Mackdoom Raheen, a quien asesora y que en varias ocasiones ha denunciado valientemente el pillaje de obras de arte de los yacimientos afganos.

Ese saqueo, en el que participan hasta generales y políticos, responde a que, sobre todo en Europa occidental, Estados Unidos y Japón, existe un mercado para las obras de arte afganas. "Es una hemorragia, lo que está pasando ahora es mucho peor que durante la época de los talibán", aseguró.

En las paredes de este tranquilo museo, abierto en 1931 y que ahora sólo es visitado por algunos estudiantes, pueden leerse carteles en los que se denuncia: "El patrimonio cultural afgano está en peligro".

Su director, Omara Khan Massoudi, quien renunció a ese puesto en tiempos de los talibán, se queja de sus muchas carencias. "Necesitamos alfombras, cortinas, vitrinas...", relató, además de otra sede para el museo mayor, más céntrica y más moderna.

Algunas de esas necesidades básicas las van a cubrir con una donación de 350.000 dólares ofrecida por el Gobierno griego que, junto a Japón y Estados Unidos, son sus principales donantes.

Ana Rodríguez señala que lo prioritario ahora es continuar con la formación de la plantilla y, sobre todo, concluir el inventario de las obras artísticas, que hasta ahora incluye 23.000 piezas, y, aunque su tarea es ingrata, se lleva también algunas "flores" de su jefe en el museo. "En los últimos años ha tratado de ayudarnos lo que ha podido, está trabajando mucho para preservar el patrimonio arqueológico. Es como si fuera una mujer afgana", apunta el director del museo sobre la persona de Ana Rodríguez.
EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?