SANTIAGO.- Era otra noche más de eliminación en "Granjeras". Pero por esas cosas de las matemáticas y de los timing de producción de los programas televisivos, la de anoche era también una noche de asamblea, en la que las chicas debían elegir a quien tiraban a la arena para batirse a duelo con Maca, la muchacha de cuerpo perforado y aspecto de Trol.

Nada muy emocionante tomando en cuenta que buena parte de los medios de comunicación ya había adelantado ayer que la eliminada de este octavo duelo era la ex Porto Seguro Viví Rodríguez (Gracias, amigos de los medios. Gracias por hacer de este aburrido programa algo mucho más aburrido todavía).
Y ya que el Televidente conocía el resultado de la prueba, toda su mente y toda su concentración se centró anoche en cómo iría a reaccionar Viví cuando supiera que Fabrizio (su ex novio de cuatro años, con quien terminó de manera escandalosa, con acusaciones mutuas de infidelidad a través de cualquier micrófono que se les puso por delante), se había casado en Buenos Aires, hace pocas semanas, con otra chica, una tal Evangelina cuyo apellido el Televidente no logró retener.
De esta forma, el programa mismo se convirtió en un obstáculo para alcanzar el momento cúlmine. Todos los cahuines que al Televidente pudieron parecerle interesantes en otro momento, ahora no eran más que un lamentable comidillo a la sombra de lo que se era el cahuín mayor.

Fue por este motivo (y no por otro), que durante el programa el Televidente miraba pero no observaba lo que estaba sucediendo realmente en pantalla.
Y así se sucedían imágenes que duraban fracción de segundos en su retina: Isolina fumando un extraño cigarrillo (¿no era deportista ella? ¿no que un deportista no debería fumar?). Angélica y Romina encerradas cada una en un water, elucubrando sobre las posibilidades de una y otra contendiente para un duelo que se veía venir disputado.
Pero primero la asamblea, que fue bastante agitada. El hecho de que el Televidente ya supiera el resultado de esa votación, no la hizo menos intensa. Hubo otros factores que hicieron al Televidente levantarse de la silla. Por ejemplo el hecho de que Catalina Pulido (que ha suavizado en forma considerable sus gestos y movimientos) anunciara que Karla Casós abandonaba la competencia por una delicada enfermedad (cuyo nombre en este momento el Televidente no logra recordar) que la obligaba a dejar el concurso en pro de su salud.

Lo otro fue una agria disputa que se mantuvo entre Angélica y Maca, quienes se descalificaron mutuamente por un huevo (sí señor lector, por un huevo. Aunque usted no lo crea).
Tras ser elegida, Viví se lanzó con un largo speech. En cierto momento Angélica reconoció haber robado un huevo (un condenado huevo, Dios mío), dato, debe confesarlo, que el Televidente no manejaba y que no pasó por alto.
Pero a fin de cuentas no eran más que cahuines menores y ridículos si el Televidente los sopesaba con El gran cahuín que venía en camino. El Televidente no daba más de expectación.
Por lo mismo, mejor saltémonos el duelo y todas las cosas que pasaron entre medio.
Miércoles 23 de noviembre. Son las 11 de la noche con 22 minutos, señalaba el futuro animador de Viña del Mar. Esta vez sí estaba en vivo, firme junto al Televidente, a diferencia de los dos programas anteriores que debieron grabarse por diversas circunstancias.

Ingrid Cruz, con un atuendo que al Televidente le recordó al new wave, se reconoció fan de Viví. Reconoció que tenía cierto prejuicio contra ella por ser una chica Axé, pero tuvo que aceptar que la brasileña la cautivó por ser tan "cariñosa, trabajadora, transparente, amorosa como un osito", decía la Cruz, echando a perder completamente la imagen de ruda que había preparado para esa noche.
Y en efecto, las primeras palabras de la bailarina, después de que Sergio Lagos la presentara como una de las grandes ganadoras del reality (¿no es así como las llama a todas las eliminadas?), fueron de una honda ternura: "Fue una experiencia muy bonita, en la que conocí a gente muy bonita", dijo con su voz dulzona, sin tener idea de lo que se le venía por delante.
"Ta legao", le responde Lagos en portugués. "Bienvenida al mundo real", le dice, manejando cierta información que ella no maneja.
Presentan a los panelitas invitados: Pamela Díaz y Arturo Longton.
Pero mejor saltémonos también todo eso y vámonos directamente a lo que los televidentes están esperando.

Sergio le pregunta a Viví si accede a hablar "del tema que ya se sabe". Y Viví se pregunta con un dedo en la boca "¿de qué tema se tratará?", y dice que bueno y entonces Sergio no se demora en dar la estocada. Y a Viví parece venírsele el mundo encima. Su rostro se desfigura. Parece no creerlo.
"No tenía idea. Nadie me había contado. ¿Las chicas sabían?", decía descompuesta la brasileña quizás pensando que todavía podía tratarse de una broma.
Pero no era broma ("ojalá lo hubiera sido", se decía el Televidente profundamente conmovido), sino una cruda realidad que de seguro quedará consignada (si es que alguien algún día se dedica a consignar este tipo de cosas) como la salida más traumática de un reality en lo que va de la historia de los realities en Chile.
Pero aún así, Viví recibió el golpe estoica y a pesar de la obvia impresión, se mantuvo ahí, digna y tierna, por supuesto, porque Viví es esencialmente tierna.
"En la vida uno tiene que sacar el lado bueno de las cosas", decía Viví, "logré darme cuenta que necesitaba ser más feliz. Una noticia como ésta sella mi historia con él… ¿Pero se casó, se casó?", preguntaba mirando para todos lados buscando respuestas que el Televidente se imaginaba que le llegaron en forma de miradas compasivas desde el público.

Lagos, sádico, decidió hundir aún más el dedo en la llaga y pasó a mostrar un resumen con la bella y tormentosa historia de amor y con declaraciones de Fabrizio respecto de su reciente matrimonio.
Viví ya no pudo contener las lágrimas. "Para cualquier mujer sería difícil", balbuceó.
"Buf, yo no sé qué decir" dijo Sergio. Pero Viví se lo saltó y siguió como en un monólogo: "Yo estuve cuatro años con una persona que nunca me habló de matrimonio. Quedé plop", dijo la ex Porto Seguro.

Y conciente de que esa frase le sirve para titular el despacho de esta noche, es que el Televidente decide dejarlo hasta aquí, porque ya no tiene ganas de contar que luego llegó al estudio la mamá de Viví, quienes no se veían desde hacía dos años y que fue ahí, recién ahí, cuando la bailarina se deshizo en lágrimas, lágrimas que calaron hondo en el corazón del Televidente.